A mí si, miles de veces.. incluso ya he pasado esa situación en varias ocasiones y siempre sentí que fuera como la primera vez.
Primero hay que poder mejorar nuestro hablar cotidiano para luego poder mejorar considerablemente la oratoria en público.
Es muy importante analizar cómo hablamos.
Todos usamos muletillas, tenemos defectos del habla (seseo, yeísmo), algunos no modulan, hablan rápido, o muy fuerte, étc. Para ello es necesario que nos grabemos, generemos una nota de voz leyendo algún texto cualquiera primero y después podamos improvisar. Luego escuchemos ambos audios, rápidamente, a vuelo de pájaro, vamos a notar aquellas cosas que son molestas al oído, principalmente los defectos primarios, más superficiales.
Una vez que podamos detectarlos, pidamos a otras personas que escuchen ambos audios y nos den su parecer. Allí sacaremos algunos defectos más que nuestro oído no percibe o que naturaliza y otra persona pueda sumar.
Sabiendo los primeros defectos vamos a tener tela para cortar y trabajar.
-Lo primero es tratar de eliminar las muletillas, hay gente que se apoya en onomatopeyas, otras alarga las palabras, algunas repiten incansablemente conectores. Tener un discurso limpio, es fundamental para ser buen orador, antes que recurrir a nuestras muletillas es preferible hacer una pausa/silencio.
-Es necesario ampliar nuestro vocabulario y para ello necesitamos LEER. Cuando uno lee adquiere terminología que puede aplicar a su lenguaje cotidiano. Una buena práctica puede ser marcar los términos que desconocemos y buscarlos en el diccionario. Todos los días se aprende el significado de una palabra nueva.
-La modulación es fundamental, por ende debemos mover la boca para sonar claros, podremos tener un excelente vocabulario pero si no tenemos dicción en cada palabra que decimos no sirve.
-Para tener una correcta oratoria, debemos aprender a hablar de forma cortés, de manera amable.
Hay que evitar decir groserías, palabras inadecuadas, ofensivas. Una correcta oratoria se caracteriza por eliminar los términos peyorativos, evitar el lenguaje soez. Hablar bien significa no caer en terminología vulgar y poder tener una comunicación con otra persona sin necesidad de recurrir a la agresión o al insulto.
-Hay que ser concretos. Una cuestión algo complicada, cuando uno habla mucho, por más interesante que resulte la locución llega un momento que aburre, cansa al oído. El tip: SINTESIS. Ir al grano.. hablando mal y pronto.
-Otra cuestión muy importante para la oratoria es el lenguaje corporal, que muchas veces comunica más de lo que podemos imaginar. Por ende, nuestra actitud frente a las comunicaciones humanas diarias son muy importante para mejorar nuestra oratoria. Hay que ser enérgico, expresivo, poder complementar lo que decimos con lo que nuestro cuerpo manifiesta siempre y cuando no exageremos, la naturalidad es el arma más valiosa para demostrar lo que somos y no generar impresiones erróneas. Cada persona es única y tú debes dejar huella con tu oratoria.
Es importante ser simpático, sonreír al hablar, mirar a los ojos a nuestro interlocutor. Es justo aclarar que no hay que fingir, las emociones no se ocultan.
- Y finalmente, para ser un buen orador hay que saber escuchar. Si no sabemos escuchar, hasta el más culto de los emisores puede ser un pésimo orador. El feedback con nuestro receptor es la herramienta para nuestra buena comunicación.
Espero les sirva, puedan ponerlo en práctica y me cuenten sus resultados.
Hasta la próxima!