Hijo de un militar británico y una nativa jamaicana, Robert Nesta Marley nació en febrero del año 45 en la localidad de Nine Miles (Jamaica). Años más tarde, Bob y su madre Cedella, se trasladaron a la capital cuando su padre los abandonó. Con tan solo 21 años de edad, fundó junto a Bunny Wailer y Peter Tosh la banda The Wailers, con la que tocaría hasta el fin de sus días.
En sus primeras canciones, predominaban los temas de amor. A inicios de los 70, fue adoptando la religión rastafari y con ella la defensa de los derechos sociales y la del pueblo negro. Esto no le impidió salir de la isla y recorrer el mundo con sus mensajes de paz y amor. A pesar de ser una estrella salida del gueto, la labor de su representante Chris Blackwell le labro una imagen de icono y de pacifista del siglo XX.
A lo largo de su carrera, fue dejando de lado el radicalismo de los rastafaris (muchos de ellos contrarios a la raza blanca) para continuar con esa labor que le había encomendado Dios de proclamar el amor entre las razas.
Los más cercanos a él, le recuerdan como un líder que no pedía a nadie que hiciese algo que él nunca haría, meticuloso en los ensayos y firme en el mensaje. Él creía que tenía una misión y la intentaba cumplir a rajatabla. Hacía comer sano a los miembros del grupo y jugar a menudo al fútbol. Esta pasión por el deporte del balón le produjo un melanoma maligno que se extendería por todo su cuerpo y acabaría finalmente con su vida a los 36 años de edad.
Representante por excelencia del reggae, del Tercer Mundo, del pueblo negro y de los derechos de los hombres, algunos de sus temas como 'No woman no cry', 'One Love', 'I shot the sheriff' están entre las mejores canciones de la historia de la música para la revista Rolling Stone. Incluso sus hijos Ziggy, Damian, Ky-mani y Stephen continúan con la música y el mensaje. Treinta años después, su legado sigue vivo.