- Cuidado con las fechas: es un clásico, pero viajar en temporada alta puede salirnos hasta dos veces más caro que hacerlo en semanas de poca afluencia turística. A veces, sencillamente no podemos elegir, pero es algo a tener en cuenta.
- Reserva con antelación o en el último minuto: cada vez más, los precios de los hospedajes turísticos se suman a la ley de la oferta y la demanda. Por ello, reservar cuando nadie lo ha hecho todavía, puede hacer que la factura final baje. Pero, si de verdad quieres ahorrar, ¡arriésgate! Muchos son los hoteles que hacen ofertas de última hora, pudiendo conseguir verdaderos chollos... eso sí, no apto para planificadores...
- Busca ofertas baratas tipo hostel, albergue o camping: quizá no sea la manera más cómoda de dormir, pero estos alojamientos a precios muy reducidos conseguirán que tu viaje no se dispare de precio. Al fin y al cabo, ¿no tienes el resto del año para dormir cómodamente? Mejor gastar el dinero en visitar sitios de interés y en la oferta gastronómica, ¿no crees?
- Alquila un apartamento: si sois un grupo de 4 ó 5 personas, alquilar un apartamento es la mejor elección. Además, tendréis la comodidad de poder estar más tranquilos que en un hotel, desayunar y cocinar como si estuviéis en casa. Cada vez la oferta es más amplia en este tipo de hospedaje y, sobre todo para estancias de una semana o más, el ahorro ese considerable.
- Intercambia tu casa: es algo que lleva mucho tiempo usándose y sobre todo es ideal para los que tienen una segunda residencia, ya que no tienen que prestar su hogar de toda la vida con todas sus cosas personales. Hay muchas agencias y webs que se dedican a este tema, y podrás encontrar personas dispuesta a intercambiarse contigo en casi cualquier parte del mundo.
¿Tienes más ideas para abaratar tus noches de alojamiento?