Sus fascinantes obras de renacimiento alemán no sólo recogen el comportamiento humano, sino también el animal o simplemente, muestran gráficos de partes físicas, como sucede con su célebre 'Joven liebre', 'Ardillas' o 'Manos rezando'. Muchos fueron los seres que el artista mostró a la población europea que, por aquella época, aún permanecían prácticamente desconocidos por aquellas regiones, como sucede con su grabado 'El rinoceronte'.
Si bien, el renacimiento alemán se centra en temas religiosos, Alberto Durero, compuso sobre el ideal de belleza establecido por artistas coetáneos como Leonardo da Vinci o Miguel Ángel. Por lo general, sus composiciones sobresalen por esbeltos personajes de delicadas facciones, quienes aparecían en un estado de reposo.
Como pintor englobado en la corriente renacentista, algunas de sus diseños tenían carácter religioso como sucede con una de sus últimas creaciones, 'Cuatro apóstoles'. Este lienzo fue realizado a modo de díptico, es decir, sobre dos tablas a modo de hojas que se pueden plegar y unir para formar un todo, cuyo sobrecogedor tamaño es de 215 x 76 centímetros.
En su etapa final, Alberto Durero, denota una clara influencia veneciana, tanto por los figuras como por los colores escogidos, casi siempre contrastando de una manera intensa, tonos cálidos con fríos. En este período, los protagonistas de sus cuadros eran individuos que encontraba en sus viajes por Italia junto con hechos bíblicos.
También sobresalieron sus retratos y autorretratos, especialmente su imagen perfilada en 1498. Fue creada como un óleo sobre una tabla de 52 x 41 centímetros y es el más pequeño de sus cuatro efigies. Estos trabajos impactaron sobre la población y sobre el resto de artistas de la época, ya que fue el primer pintor occidental en representarse a sí mismo.
En estas cuatro composiciones podemos ver el paso del tiempo en su rostro, desde el primero que fuese realizado en 1484, a la edad de 13 años, hasta el último, datado en 1500, con 29 años. Como peculiaridad cabe mencionar que fueron hechos con la técnica de punta de plata, la cual no permite rectificación alguna.
A la historia han pasado obras tan aclamadas como el tríptico 'Retablo Paumgartner', 'Fiesta del Rosario', 'Adoración de los Reyes', 'Adán y Eva', 'El cangrejo', 'La corneja azul', el grabado sobre metal de 'El caballero, la Muerte y el Diablo', entre otras, las cuales se encuentran esparcidas por todo el continente, desde Berlín, hasta Madrid o París.
¿Y tú, qué obra de Alberto Durero destacas?