La experiencia de la Lectura es quizá un salto extraño que nos eleva de la realidad en la que estamos; es una llamada al mundo, a las cosas, a la Palabra. Podría decirse que la Lectura está relacionada con lo dulce, con lo agradable, porque hace de muro de contención contra el flujo que tiende a amontonar las palabras, es una defensa contra la precipitación de la corriente que arrastra al mismo tiempo que la encauza, la reúne, la recoge. Leer provoca funciones placenteras en nuestro cerebro, ya que es una gran liberadora de sentimientos, proyecta la catarsis mental y nos evade de muchas cosas, entre ellas de nosotros mismos, que no es poco. El estado de leer hace que nos enfrentemos con lo enigmático de cada texto y provoca un recogimiento personal, un momento íntimo que no se resuelve del todo, porque los Textos no se resuelven, ahí está la magia de la experiencia de la lectura.
No hay una sola manera de leer bien, la dificultad está en la forma de construir un criterio propio para elegir nuestras lecturas. Una buena manera de practicar la buena lectura es tomarla como una disciplina implícita, pues no hay más método que el propio. Hay que tener en cuenta que las antologías o las listas de lecturas que podamos encontrar en cualquier parte también están realizadas bajo el criterio o método de alguien y eso no siempre es positivo, ya que dichos criterios, en ocasiones, están basados en juicios extraliterarios que menoscaban en multitud de magníficas obras que quedan fuera de dichas listas. De modo que aprender a investigar y a seleccionar textos de forma personal es un camino fantástico en el que adquirir cultura y construir un buen bagaje personal y literario. No en vano, también sería bueno empezar por hacer esto:
Forma de Conocimiento. El conocimiento se esconde dentro de las palabras, agazapado, polvoriento, esperando la llave mágica que nos lleva hasta él, o sea, la Lectura. El conocimiento conduce a una acción interiorizada y estructurada en la mente de las personas; leyendo es como adquiriremos un intrincado laberinto de saberes que en el proceso de conquista de la Información se interrelacionarán dando lugar a la duda, y potenciando la inteligencia y el espíritu crítico.
Subversión. Leer dota de un poder subversivo a nuestra mente provocando que en ciertos instantes de perfección nos hagamos preguntas acerca del orden establecido o sobre aquellos pensamientos encapsulados que desde hace demasiado tiempo pululan por nuestra mente; dichos pensamientos fijos suelen impedir que aprendamos nuevos conceptos, por lo que nuestra capacidad para evolucionar como personas se ve disminuida considerablemente. No se trata de convertirse en un revolucionario, pero sí de aprender a cuestionar sanamente muchas ideas antiguas a las que les solemos otorgar un falso carácter acendrado.
Cuando es algo más que fantaseo o un apetito indiferente emanado del tedio, la lectura es un modo de acción.
George Steiner
Lingüística. El lenguaje clarifica el lenguaje, como bien dicen los filósofos. Cuando leemos o más bien, mientras leemos, aprendemos palabras nuevas; a veces de forma intrínseca por el contexto, otras porque las buscamos en el diccionario (esta es la mejor opción), pero todas ellas nos ayudan a a expresarnos mejor y a pensar mejor, es el peso de la conciencia, pues esta nos guste o no, está basada en la palabra. Cuando leemos nos convertimos en jugadores errantes entre las palabras, una jungla extraña se vierte sobre nosotros y nos hace aventureros de nuestra propia creatividad lingüística. El vocabulario, antes más reducido, se va haciendo más amplio, y un mundo de pensamientos nuevos nos abraza, la elocuencia se convierte en subterfugio de la metáfora y nuestros recursos nuevos crean cierta muralla contra la pasividad mental.
Subjetividad. La lectura sea del tipo de texto que sea al final se hace lírica dentro de nuestra mente, punto. Todo aquello que interiorizamos lo convertimos en algo de nuestro ser, es decir, revoluciona nuestra subjetividad, la provoca. La subjetividad es un concepto muy interesante y muy importante dentro de la experiencia de leer, somos dueños y señores de ella, es nuestro bien más preciado como seres racionales que somos y nos sirve de mucho en nuestra vida cotidiana, sin ella no podríamos decir lo que nos gusta o lo que nos molesta. La lectura la eleva a un nivel superior de compresión, de sentimientos, de emoción; pone cosas en su sitio y nos descubre otras antes veladas por la ignorancia. El pensamiento propio es, en ocasiones, un lugar ignoto que podemos descubrir a través de ella, es ese algo misterioso lleno de piezas sueltas y de procesos imaginarios.
Imaginación. La imagen es viva, se dice, palabra de Sartre. Tan viva como que aquello que imaginamos mientras leemos o después, lo apreciamos con tanto detalle como si estuviéramos ante ella, es brutal ese poder evocador. Sin duda, si hay algo que potencie la imaginación es la lectura, es la aurora boreal de las sinapsis neuronales, una fiesta de fuegos artificiales llenos de belleza y significado. Con la imaginación podemos oler las palabras, como decía Walt Whitman; o sentarnos plácidamente en un bosque de lilas acompañados de un dulce unicornio; puedo imaginarme cómo un viento cruel de invierno arrecia entre los árboles bajo un claro de luna sombrío, puedo hacer lo que quiera. En realidad,todos podemos hacer lo que queramos y tocar el cielo. Podemos Leer.
Placer estético. La espontaneidad, la formulación subconsciente o la reacción son esenciales para fundar un placer estético propio basado en la belleza de la lengua escrita. En realidad, construir esto a través del acto de leer es algo muy personal e íntimo, pero que está estrechamente ligado con una frase de Simónides de Ceos (556-468 a. C.) que decía que la poesía es pintura que habla; podemos extrapolarla a cualquier texto que nos provoque emociones o reacción, cada persona lo hará a su modo, pero todas serán válidas, toda persona tiene su sentido estético, ese es el poder del arte, la fuerza de la escritura. La reacción surge de la paradoja en nuestros corazones, la lectura la provoca.
Catarsis. La lectura puede ser una experiencia vital profunda, puede transformarnos como personas. Como dijimos al principio no hay más método que el propio para aprender a leer; en ese sentido, la búsqueda de lecturas que nos ayuden a comprender algo que nos sucede, nos perturba o no nos permite avanzar hacia adelante, nos ayudará a liberarnos de esa destemplanza anímica. Conocer cómo otras personas han solucionado sus vidas, por ejemplo, es muy interesante para reconfortarnos interiormente; las culturas de otros países, el devenir de la historia pasada, o la superación son temas que han ayudado a muchas personas a encontrar el resuello en el estrés de sus vidas. El acto de leer es el acto de compartir, de enriquecerse, es el efecto purificador y la transformación.
Por Reyes Lucena
Archivado en: Lectura Tagged: articulo lectura, beneficios lectura, lectura, leer