Lo primero que debes saber es que la temperatura perfecta para que un helado se conserve bien, tiene que oscilar entre los -10° y los -12°. De esta forma, podrá conservarse en perfectas condiciones, con un “cuerpo” ideal a la hora de ser consumido.
También por la temperatura que se toman, resultan ser antinflamatorios naturales y sabido es que cuando se realiza algún tipo de intervención en el dentista, este profesional suele sugerirnos la ingesta de un helado, fundamentalmente por esta razón que te hemos contado.
Y siguiendo con la línea de la temperatura, seguramente te interesará saber que su sabor resulta más dulce cuando el helado se encuentra a más temperatura. O sea, que cuanto más derretido, más dulce será.
Pero también están aquellas personas que deciden tomar helado no solo en verano o en los meses cálidos, sino que disfrutan de él incluso durante el invierno. Y es que, sobre gustos, no hay nada escrito. De hecho, quienes más extrañan el helado resultan ser los astronautas cuando se encuentran en el espacio, y buena razón tienen para hacerlo.
Aunque también tienes que tener presente que los helados tienen un antecedente importante, que son las granizadas. Y es que antes de hacerse con leche, este postre se realizaba de esta manera de la forma más tradicional.
Y recién fue para el siglo XIII que el helado llegó a Europa proveniente de China, aunque también hay que mencionar que los romanos ya disfrutaban de un postre similar que unían con frutas y miel en frío.
También, si de procedencias hablamos, debes saber que la gran mayoría de la vainilla que se consume proviene de Indonesia. Y, contrario a lo que se piensa por el común de las personas, no es el chocolate el gusto más popular, sino la vainilla.
Ahora bien, si de gustos raros hablamos, hay algunos que nos sorprenderán notablemente. Por ejemplo el Refragola, que está hecho a base de frutillas y remolacha a la crema, y ni hablar del Fernet Cola, que comenzó en la provincia de Córdoba, de la República de Argentina, y tuvo una popularidad muy notoria en este país.
Y podríamos continuar mucho más la lista con gustos que a nuestro entender no son muy ricos que digamos, pero como dijimos antes, cada uno tiene sus preferencias. En ese sentido, el helado de caviar, helado de ajo, de cerveza, de jamón ibérico, helado de pescado, de empanada gallega y de puré de patatas, guisantes y salchichas, son algunos de los gustos más extravagantes y poco convencionales que a veces se pueden llegar a conseguir en las distintas heladerías del mundo.
Nosotros, por nuestra parte, preferimos ser más clásicos y disfrutar de los gustos tradicionales que todos conocemos de este delicioso postre.
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