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Cuento de ALADINO Y LA LÁMPARA MARAVILLOSA
Hace mucho tiempo vivía un humilde sastre llamado Mustafá con su mujer y su hijo Aladino.
Al morir el sastre, la madre de Aladino se puso a hilar para poder vivir los dos.
Un día, un mago llegado de África se acercó al muchacho y, fingiendo conocerle, le preguntó:
– Tú debes de ser el hijo del sastre Mustafá, ¿no?
– Sí, señor – dijo Aladino, pero mi padre murió.
– ¡Pobre hermano mío! Quiero entonces ayudaros a tu madre y a ti. Ven conmigo y te daré de mis riquezas.
Aladino se fue con él y llegaron al campo. El mago levantó una piedra y pidió a Aladino que bajara a una cueva.
– Verás grandes tesoros, pero no los toques, solo debes coger una lámpara. Este anillo te protegerá.
Cuando iba a salir, el hombre le pidió la lámpara, pero Aladino, por si era una trampa, no se la dio.
El mago dijo unas extrañas palabras y la losa se cerró dejando dentro a Aladdin. Y allí quedó, atrapado en la cueva, hasta que rozó sin querer el anillo y apareció un genio, que le dijo:
– Pide lo que quieras.
– ¡Sácame de aquí!
ALADINO Y LA LÁMPARA MARAVILLOSA
Al instante, Aladino salió de la cueva y volvió a su casa. Sacó la lámpara y, sin darse cuenta, la rozó.
Entonces apareció otro genio.
– ¿Qué deseáis, señor? – le dijo.
– Tráenos ropa y algo de comer – pidió Aladdin.
Al instante aparecieron deliciosos manjares en fuentes de plata y elegantes ropajes.
Y así, con la ayuda de la lámpara maravillosa, Aladdin y su madre vivieron muchos años sin volver a pasar calamidades.
Un día Aladdin conoció a la bella hija del rey y se enamoró de ella. Con la ayuda de la lámpara, pudo ofreces grandes tesoros al monarca y este le concedió la mano de su hija.
Se casaron y vivieron muy felices en su palacio, hasta que un mal día el falso tío volvió para vengarse. Se disfrazó de mercarder y consiguió que la princesa le vendiese la lámpara maravillosa, cuyos poderes ella desconocía.
ALADINO ADIVINO
El mago la frotó y le dijo al genio:
– Quiero que te lleves muy lejos este palacio.
Y el palacio desapareció. Al enterarse, Aladdin frotó el anillo encantado que aún conservaba y logró atrapar al mago. Entonces siguió pidiendo:
– Quiero que destierres para siempre a este mal hombre y que devuelvas mi palacio a su lugar.
Se cumplieron sus deseos y vivió feliz con la princesa.
FIN
Cuento de ALADDIN Y LA LÁMPARA MARAVILLOSA Autor: Sesaeta
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Este artículo es un contenido original del Blog de Cuentos para leer infantiles