De pensar que este año estaba tan contento porque mi jefe había decidido que cerrásemos en Jueves Santo, que no es festivo en Cataluña.
Ayer me corté el pelo yo mismo con la máquina que uso para recortar la barba. ¡Qué mal! Parezco una francesa represaliada por tener relaciones con los soldados alemanes invasores durante la Segunda Guerra Mundial. En principio esta maquinilla también sirve para cortar pelo, pero no sé yo.
Mi madre a mitigado un poco el desastre, recortando aquí y allá. Ahora al menos parezco un Buda. Necesito una máquina mejor.