Como quien no quiere la cosa, en un abrir y cerrar de ojos, pasó un año.

Un año de haber aterrizado en este lugar con escasas ganas; con algunas esperanzas; con mucha incertidumbre; con miedo a que nada saliera de acuerdo a lo prometido; con cansancio producto de tantas cajas, cambios, aviones y mudanzas; con los ojos bien abiertos para no perderme nada; los oídos bien limpitos para entender cada palabra y el corazón, bien, ¿qué puedo decir de ése que ha aguantado tanto?, con el corazón enmendado, cocido y emparchado pero sobretodo empecinado en no abrirse nunca más porque con lo que tenía cuando llegó, le era suficiente para rato.

Pero en 12 meses y algunos días algunas cosas cambiaron y otras se fueron dando:

Mi hija adolescente ganó amigos,

La chiquita aprendió inglés,

El esquí se me dio con relativa facilidad,

La nieve no pudo conmigo,

La casa adquirió olor a hogar,

Entendí como se saca la basura,

No me pierdo tanto como al principio,

Comprendí el porqué de varias costumbres locales,

Conocí nuevos rinconcitos,

Me aceptaron en un equipo de vóley,

Me relajé ante lo que no voy a poder cambiar,

Me hice una amiga nueva, porque en medio de todo el movimiento y el torbellino, mi corazón decidió abrirse de nuevo y se topó con un alma tan perdida como la mía y juntas decidimos hacernos compañía y armamos buen equipo y en el camino vamos diseñando un plan maestro para no sucumbir en este nuevo intento.
Para ponerle la cereza al helado, el mismo día que cumplí aquí un año retomé mi vicio por las carreras y mientras corría 5k, que tuvieron sabor a media maratón completa, recorrí mentalmente lo dejado, lo ganado, lo que se extraña y lo que cambiamos en lo andado y fui feliz recordando, reviviendo y reconociéndome en lo nuevo, en lo raro y hasta en lo imposible que por ahí consigo lograr el otro año.

Fue un gran año, no podría decir si bueno o malo, pero fue grande porque grandes fueron los logros, grandes los tropiezos y enorme todo lo logrado.

Porque como dice mi ventiunica amiga en estos pagos, este lugar no podrá con nosotras, porque acá vinimos con un fin único: conquistarlo y quizá hasta llegar a amarlo.

¿Cómo calificarías esta información? ¿Te pareció útil? ¡Por favor califícanos!

Fuente: este post proviene de mexperiencia, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Tres Ciudades Especiales de México  En la actualidad no se puede hablar de México sin hablar de su gastronomía o de las múltiples tradiciones que envuelven de magia a este país. Y no hay que dejar de ...

Etiquetas: En Familia

Recomendamos