Alrededor del mundo, los brazaletes electrónicos son utilizados para rastrear a personas perseguidas por la justicia y que se encuentran en libertad condicional o prisión domiciliaria.
Pero en Singapur, han encontrado un nuevo uso para ellos, y serán colocados a los turistas que visiten este país, con el objetivo de evitar la propagación del Covid-19.
La medida comenzó a aplicarse el 11 de agosto, y tiene como objetivo el confirmar que los viajeros están cumpliendo con su cuarentena.
Antes de abrir sus fronteras, Singapur, que tiene el mejor aeropuerto del mundo, estableció que toda persona que llegara al país debe de pasar por 14 días de cuarentena antes de poder moverse con libertad.
Este periodo de 2 semanas puede ir a un espacio habilitado para ello o a una casa particular.
Son aquellos que decidan pasar su cuarentena en una residencia, los que serán obligados a usar los brazaletes, quedando exentos los niños menores de 12 años.
De acuerdo a las autoridades, el brazalete no va a almacenar ni a transmitir información personal y tampoco grabará audio ni video.
También estará protegido con un sistema de encriptado para evitar hackeos.
Las personas que usen el brazalete, podrán recibir notificaciones en cualquier momento, y deberán responderlas con prontitud.
También serán sujetos a investigaciones policíacas si hacen cualquier intento de alterar el dispositivo, o si salen de la residencia.
Las sanciones pueden ser de seis meses de prisión o multas de hasta $10,000 dólares.
De acuerdo al gobierno, el brazalete es para poder hacer un monitoreo más efectivo de las personas.
Hasta este día, Singapur hacia visitas domiciliarias combinadas con llamadas telefónicas para confirmar que las personas estuvieran en cuarentena.
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