Cuando me propuse dedicar un espacio en La Desmesurada a reflexionar sobre estrategias de escritura específicas para blogueras, contemplé únicamente dos aristas posibles de un tema amplio en sí mismo. Por una parte, los "lifestyle blog", cuyos temas se categorizan en tanto expresiones de estilo o filosofía de vida y por otra, los blogs que denominé de las "tres D" -diseño, decoración y DIY. En "Cómo estructurar un post" desarrollé brevemente las características propias de los lectores de cada tipo de blog y en consecuencia, la estructura básica que puede utilizarse como referencia en un esfuerzo conciente para generar un devenir coherente en tus entradas. Delimitar mi universo de experiencia fue la forma de conservar un enfoque claro. Entre las afirmaciones que pretendo consolidar en esta serie, escribir sobre una pasión o un tema conocido con solidez es una de las esenciales en la tarea de escribir un blog, ya sea personal o de negocios. Si bien cambian los objetivos concretos en cada caso, no es posible escribir desde el vacío experiencial o desde la ignorancia más elemental. Si me hubiese propuesto escribir sobre el fascinante mundo de la alta gastronomía y sus secretos, tendría dos problemas. El primero sería que posiblemente estoy sufriendo alguna forma de estrés post-traumático delirante y el segundo, que mis lectores advertirían inmediatamente la impostura. Desde ese punto de vista, la escritura que propongo no es la del "copywritter" en tanto profesional en la optimización de textos orientados al marketing de contenidos sino la escritura cimentada en la identidad de quien escribe. Escribir requiere esfuerzo, lo dije y lo repito -mil veces si fuera necesario- por lo tanto, el consejo más sensato para quien está pensando en crear su propio espacio en internet, es hacerlo desde el conocimiento.
Dale forma a tu contenido.
El anterior podría considerarse el más obvio de los consejos. Sin embargo, si lo pensás por unos segundos, seguramente podés citar ejemplos de páginas en las cuales tu sensación como lector es que su existencia se justifica no por lo que se postea sino por el espacio de publicidad en la barra lateral.
No me malinterpretes, que tener publicidad me parece maravilloso -y un reconocimiento- para quien lo logra. Pero cuando las publicaciones diarias se orientan únicamente en ese sentido, el espacio pierde la frescura de la escritura en primera persona. A quienes buscan conservar esa frescura aún cuando tienen que describir un procedimiento técnico, quizás encuentren en los párrafos siguientes alguna respuesta, muchas confirmaciones a su saber intuitivo y dos técnicas elementales para que, en el momento en el que te dispongas a escribir un tutorial, tengas presente las herramientas lingüísticas posibles. Porque este es el objetivo de la entrada que estás leyendo: ofrecerte herramientes básicas para configurar la escritura de un tutorial DIY. Si esta serie de post prospera, ya veremos qué otras formas de la escritura bloguera desarrollamos.
Definamos primero.
Un tutorial DIY es una guía paso a paso sobre un tema determinado. Por su propia definición, supone tres características básicas:
- Un objetivo concreto.
- Un desarrollo desglosado en pasos.
- Una secuencia lógico-causal ilustrada (con imágenes, esquemas, etc)
Cada una de estas características es intrínseca al procedimiento de escribir un tutorial DIY. Y si bien hay excepciones para todo en esta santa vida -y esta desmesurada defiende por naturaleza la singularidad y la excepción- lo convencional para quien decide escribir un paso a paso es pretender enseñar un conocimiento específico(ya adquirido y consolidado), desarrollando por escrito la serie de acciones que se requieren para conseguir con éxito el resultado final. En el caso particular de los tutoriales "hazlo tú misma" propios del mundo del bricolage, el uso de imágenes ilustrativas es inexcusable. Claro que puedo publicar sin una sola foto. Lo más probable en ese caso es que el lector motivado por aprender cómo se realiza determinada labor, abandone rápidamente la página en busca de otra que ilustre el camino de manufactura con fotografías o esquemas que faciliten su comprensión. Si existe un área en la que las imágenes tienen tanta o más importancia que las palabras es en ésta. Por lo tanto, como ya sabrás -porque intuyo que quien está leyendo tiene más de un intento a cuestas- escribir un tutorial supone una intensa preparación previa. Digamos que el paso de pre-producción es tan importante como la post-producción y edición del material ilustrativo. Lo sabías porque lo viviste en carne propia...
¿Cuántas veces se te olvidó fotografiar un paso?
¿Cuántas veces perdiste la luz natural para hacer las fotos, entretenida en el proceso de crear?
¿Quién sostiene la cámara mientras intentás enseñar un punto de crochet?
Entonces...no es tan fácil. Y no. Como fácil, no es. Si pretendés las estrategias para escribir un tutorial en quince minutos, seguramente ya te cansaste de leer y te fuiste, así que estas últimas palabras cayeron en el vacío. Tener un conocimiento no es lo mismo que disponer de la habilidad para trasmitirlo de la forma más amena y sencilla posible. Un tutorial es un texto didáctico.
Paso a paso.
Vamos a situarnos en el escenario probable de escribir un tutorial sobre el reciclado de un objeto de pequeñas dimensiones: una botella, un cd, un cartón de jugo, caja de fruta o, ¿por qué no?, un petit-mueble, O que pretendas compartir la forma en la que se realiza cierto tipo de bordado, la costura de una prenda simple o un punto de tejido en especial. Si bien son todas actividades diferentes, el procedimiento general puede secuenciarse de la misma forma:
1- Preparación del tutorial.
2- Edición de materiales gráficos.
3- Escritura del paso a paso.
En este post, me limito al primer paso: la preparación del tutorial. Tanto para secuenciar el contenido de forma arbitraria pero lógica como para no excederme en palabras.
Preparación del material.
Reunir materiales, buscar un escenario, tomar fotografías... La preparación de un tutorial DIY implica un mínimo de tres imágenes: de los materiales. del ensamblado, del producto final. Si solo tomamos una fotografía del producto final (desde todos los ángulos posibles) y nuestro post lo describe en todo detalle, entonces tenemos un texto de referencia, no un tutorial DIY. Lo más probable es que necesites bastantes más imágenes, algo de ayuda externa y un momento propicio para la "sesión fotográfica". No pretendo situarme desde la altura de un experto, simplemente como lectora asidua de tutoriales, considero que existen tres consejos básicos para las fotos:
a- Elegir un escenario lo más neutro posible. No me canso de insistir, ¿no? Antes de escribir este artículo, probé cómo se visualizaba mi posavasos XL sobre dos superficies diferentes: una tela de color rojo intenso y tablones de madera oscura.
Como podrás observar, busqué opciones contrastantes. En ambos casos, el material se destaca porque el fondo es sólido y uniforme, produciéndose un contraste evidente entre el objeto y la superficie de apoyo. En el trance de elegir, me incliné por el fondo de madera oscura. Aunque sacrificaba parte del efecto contrastivo reiterando la textura (objetos de madera sobre fondo de madera) el balance de color justificaba la decisión. Para mí, obvio. Porque toda la apariencia de mi página es neutra.
No quisiera ser ofensiva con los esfuerzos de quien produce y disfruta de compartir su creación con el mundo, pero sí quiero ser contundente: la mesada de la cocina no es el escenario ideal para destacar otra cosa que no sean los ingredientes de una receta. La mesa del comedor, te la llevo. Pero la mesada de granito con el rollo de papel y la frutera de fondo....Atenta contra tu propio trabajo porque la mirada se dispersa sobre "el ruido" de los objetos en segundo plano. Considérese que desde el principio limité este comentario a objetos pequeños. En ocasiones, tu interés será mostrar la recuperación de una pieza grande y allí podemos ser más contemplativos. Nadie pretende que montes un estudio de fotografía en la sala de estar o que te ganas una hernia de disco moviendo muebles por toda la casa.
2- Prestar atención a la luz: no hay duda de que la luz natural es la mejor iluminación para una fotografía. Salvo que seas un profesional de la imagen o manejes con soltura los trucos de la edición fotográfica, mi consejo es tomar fotos con luz natural. Ya sea en un patio, un balcón o detrás de una ventana. El consejo roza la obviedad para todas las que pretendemos hacer fotos para un blog y en mi experiencia personal,
a- Si tomás fotos al aire libre, la luz directa del sol "quema" los objetos.
b- Si tomás fotos bajo techo, se crean zonas de sombra, especialmente en los objetos blancos o claros.
Te ofrezco tres imágenes para que las observes con atención: la primera de ellas tomada con luz natural (por la tarde) en un patio y las siguientes tomadas en mi escritorio, junto a una ventana pequeña.
La diferencia entre esta primera imagen y las siguientes es notoria por la forma en la que destacan los objetos de loza blanca sobre el fondo. Aprovecho el momento para responder una inquietud planteada cuando presenté el posavasos XL. Efectivamente, las tunitas son artificiales. De un material similar a la goma eva, pero más suave al tacto.
Ya con estas dos imágenes, la calidad es cuestionable. Mi ventana es reducida y la luz llega matizada por una enredadera que dará una florcitas amarillas adorables pero me resta luminosidad,
Sin embargo, cuando observamos con atención, existe una sutil diferencia entre una y otra. En la segunda, se aprecian menos sombras sobre la superficie reflexiva de la taza. Seguramente, si hubiese experimentado con más tiempo y dedicación, habría logrado una toma mejor. Y si usara un trípode, una imagen más nítida. Desde la improvisación de materiales y herramientas que supone ser bloguera autodidacta, la sutil diferencia fue lograda con un truco muy sencillo y tan DIY como el tutorial:
Lo que ven tus ojos no es otra cosa que un cartón -los reyes dejan secuelas en formas de caprichos y cajas- forrado con papel de aluminio. De ese que usás en la cocina. Sí, ése. Te cuento además, que esta fotografía fue tomada con el papel dispuesto sobre el cartón con su lado más brillante reflejando el objeto. Se logran resultados más sutiles usando el papel en su lado más opaco. En mi modesta experiencia, la reflexión de luz es más pareja y se eliminan los brillos excesivos.
3- Fotografiar cada paso: o al menos, la mayor cantidad posible. Nuevamente apelando al sentido común y a mis gustos personales, las fotos lucen mejor cuanto más cercanas son las tomas. Yo no tengo una cámara que me permita seleccionar lentes. Tengo una Nikon L120. Por lo tanto, lo que hago es seleccionar la opción que me permite fotografiar objetos de cerca sin desenfocar. Así de simple. Descuento que mis palabras no tienen el peso de la autoridad. En "La Desmesurada" no hay tutoriales en sí mismos. Mis "Quiero hacerlo yo" son híbridos entre el artículo de referencia y el libre registro fotográfico de una manualidad. Siempre muy simples. Para realizar en cinco minutos o un poco más. Cuando desarrolle el próximo miércoles el proceso de edición del material fotográfico, profundizaré sobre cómo se pueden presentar las imágenes y las diferentes posibilidades que se me ocurren para que sean ilustrativas y bonitas. Ahora, como consejo, deberías pensar en un mínimo de cinco o seis imágenes que, te recomiendo, tengan el mismo formato y tamaño. De la mayor cantidad de pixeles que te permita tu blog sin ralentizar el tiempo de carga. Como he dicho en otra ocasión, yo recorto la mayoría de las imágenes con la opción "carátula de CD" de Picasa. Pero no siempre es posible realizar esta edición sin perder la visión global. Supongo que será tu criterio el que decide cuando necesitas fotos apaisadas y cuando una toma vertical es la más adecuada.
Continuará...
Tengo fe en que segundas partes pueden ser buenas. Especialmente si me ayudás a pensarla para que sea lo que estás esperando. Por eso, tu opinión sobre esta entrada es esencial para mí. Te escucho atentamente, enriqueciéndome con tus opiniones y respondiendo luego en función de las dudas y los intereses de quienes, desde "el otro lado", forman la comunidad que me impulsa a escribir cada miércoles. Y finalmente, gracias por la paciencia y por estar allí. Espero solucionar pronto mis problemas tecnológicos y seguir publicando sin inconvenientes. ¡Feliz sábado!