El gótico había dejado su firma en nosotros después de aquel peregrinaje por los mejores templos de Europa; un tour lleno de arte que nos hizo escuchar donde el silencio es el amo, acostumbrarnos a la oscuridad y ve en ella los rasgos del arte de la piedra; ver la mirada perdida de unos ojos vacíos y un rosario negro y lloroso que hacía del arte un retablo de gloria.
Quizás por esto nos metimos en uno de los lugares más oscuros de la vieja Europa, un lugar que estando en la ciudad de la luz, deja que las penumbras lo rodeen y sus macabros retablos nos hagan temblar de frío y de temor. Es la cultura de la muerte, es el templo de los muertos, el refugio de los sin-ley… son las catacumbas de París.
La ciudad se había visto llena de túneles desde los tiempos romanos de la Roma Imperial en que se hizo el alcantarillado, el más grande después de Roma; unos siglos después se le añadieron aljibes y almacenes para llegar a la Edad Media con nuevos túneles o ramales, algunas salidas desconocidas y los restos de un acueducto que nunca fue terminado.
Esta era la situación cuando en 1777 el rey Luis XVI decide hacer planos y cartografiar los túneles y explorar todo el entramado que se escondía en el suelo de París y organizarlo con el nombramiento de un Inspector de Túneles. Con estos estudios se hallaron ante 300 kms que extendían sus brazos por todo París y sus alrededores. El Rey pensó algo ya que se veía forzado por la escasez de suelo para el reposo de los muertos; se crean osarios para sustituir las fosas comunes abiertas con lo que se crean las Catacumbas de París sin pensar que este lugar se convertiría más tarde, en un lugar para la reunión de grupos que buscaban ambientes especiales para sus citas. Es así como los seguidores de antiguos ritos, mitos y sociedades secretas como los Rasacruces, los Masones, Hedonistas, Orfeístas y todos aquellos que seguían una ciencia oculta a los ojos de la sociedad, encontraron en estos túneles el lugar ideal para tener encuentros especiales o sesiones personales de inspiración e iniciación. Es fácil comprobar que se sigue encontrando ese aroma especial para lo oculto en este lugar que se puede visitar en su menor parte por motivos de seguridad.
Quizás también haya inspirado a ilustres escritores este decorado especial como le ocurrió a Víctor Hugo en sus Miserables. Los vagabundos más peligrosos y el mundo del hampa siempre han tenido buena acogida en este lugar. Y es lo que hoy vemos, por un lado los túneles que han sido tallados en basto teniendo la piedra con una sillería de sostén en ciertos tramos, los muros están cubiertos y los arcos de medio punto se encuentran recubiertos por una artesanía especial. Miramos las bóvedas que son más rudimentarias y que el ambiente lleno de humedad, polvo y oscuridad moldea a gusto de cada uno.. cuanto más imaginación tengas mejor será el resultado.
Sin embargo en los osarios la realidad se hace cruda, sorprendente porque todo está cubierto de cráneos, fémures y demás huesos humanos. Incluso se ha utilizado la variedad de color para poner unos detalles que decoren la muerte. La muerte que nos acompaña por este corto paseo donde los túneles se pierden en el infinito. Túnel cerrado al público, explica claramente el cartel y le hacemos caso porque el lugar no es para bromas. Demasiado poca luz hace que todo retome ese temeroso semblante del más allá y que creamos que los ojos vacíos nos miren para decirnos algo que no queremos oir. Aqui tenemos la realidad de lo que seremos en unos años… esperemos que sea esto lo que dejemos de nuestro paso por la tierra y que la esencia se vaya a mundos más alegres.
La entrada por la plaza Denfert Rocheau nos lleva a una escalera que baja y baja. Después de haber visto Entrevista con el Vampiro, nos acordamos que esta bajada aparece en la película cuando nuestro Antonio Bandera hace penetrar al bello Brad en los mundos tenebrosos de los chupasangres. No puede ser más triunfal aunque se vea acompañada de un tufillo infernal a moho y a otras sustancias más repugnantes. Y desde allí nos metemos en galerías que no son ni una pequeña parte de lo que realmente hay; sin embargo han considerado más seguro dejar lo demás prohibido al público en general.
Las hileras de cráneos se nos hacen interminables y las manos se cogen unas a otra para pasar el trago que realmente poco tiene que ver con las catacumbas romanas, donde la fe movió piedra a piedra. Quizás sea el lugar donde la muerte se muestre tal cual es, sin más adorno que su propia imagen. El paseo dura poco, una hora como mucho que por cierto se hace larga. La luz del exterior se nos hace necesaria como el aire puro o menos puro que se puede respirar en la superficie. Una experiencia que jamás repetiré…. y encima pagando 5€….
Horarios:
martes a viernes de 14h a 16h.
sabados y domingos de 9h a 11h y de 14h a 16h.
lunes cerrado.
Visitas en grupo: normalmente contratado en los hoteles de 10 a 20 personas, precio 3€ con guía en idioma español.
Prohibido llevarse algún recuerdo ?¿… las fotos es mejor tenerlas en b/n que nos devuelven el efecto que la visión en persona ofrece tan particular y macabro lugar. Ver por curiosidad cuando se ha visto ya todo en París.
DAMADENEGRO
Datos de registro
Identificador: 0908254272818
Título: catac
Fecha de registro: 25-ago-2009 15:46 UTC
Autor: damadenegro
Tipo de obra: Literaria, Narrativa, Ensayo
Fuente: este post proviene de el blog de DAMADENEGRO, donde puedes consultar el contenido original.
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