Estoy frente a la estación de Girona. Son las nueve y media pasadas. Tengo frio y ganas de orinar. No puedo ir al servicio pues sostengo una barra de pan de la que comerá alguien más.
Tengo frio y cara de panoli pues entre todos los que esperan soy el elegido por un pedigüeño para que le dé unos céntimos. Automáticamente le digo que no.
Tengo frio y remordimientos. Busco unas monedas para dárselas al pobre hombre que debe tener frio también. Un euro le ayudará y calmará mi conciencia.
Tengo frio y estupor. Antes de alcanzar al mendigo este saca su celular y se pone a hablar tranquilamente mientras rebusca sin afán en una papelera . No tiene para comer pero sí para pagar una línea telefónica. No lo entiendo.
Tengo frio porque hace frio y tengo cara de panoli porque la merezco.