Cantabria: Potes



Llegados a Potes tuvimos bastante suerte para aparcar ya que el pueblo es muy pequeño y nos encontramos con un solar-parking cerca del centro. Dejamos el coche allí y entramos caminando al pueblecito en menos de 5 minutos en busca de un lugar para comer sin contar con que a esa hora todos los bares tenían la cocina cerrada. Fue un fallo gordo porque estábamos deseando llegar y comernos un buen plato de lo que fuese, una pizza, nos valía cualquier cosa, pero todo estaba cerrado.

A la vez que buscábamos un lugar donde comer, paseamos por el pueblo y la verdad que nos encantó! pensábamos que después de ver Santillana del Mar ya nada nos iba a sorprender pero la verdad que Potes es precioso y a punto estuvimos de no ir... menos mal que lo pensamos mejor.

Es un pueblo de montaña con muchísimo encanto. Me pareció bastante animado y grande para estar en un lugar tan recóndito, pero no le falta de nada. Callejones de piedra, balcones de madera, flores de colores por todas partes, restaurantes, bares y tiendas de souvenirs. Es la base de toda aquella gente que acude a los Picos de Europa en busca de deportes al aire libre y montaña, pero a la vez también es muy animado y turístico. Si visitas Cantabria no debes pasarlo por alto.

Acabamos en un bar donde pudimos comer unos pinchos de tortilla de patatas con una caña a las 18:00 hrs. y esa fue nuestra comida de este día, osea que luego nos mereceríamos darnos un buen homenaje. Después fuimos en busca de otro lugar donde tomarnos un café y es verdad que ganas de andar ya nos quedaban pocas, pero también nos daba pena no aprovechar mejor la visita a Potes, al igual que nos pasó en Castro Urdiales el día anterior... ¿será que queremos abarcar demasiado en tan poco tiempo?

Ya no podíamos más y además nos esperaban un par de horas de viaje en coche hasta nuestra posada así que nos pusimos en marcha y nos despedimos de aquel lugar tan maravilloso y escondido en la montaña antes de que se hiciera de noche. Seguíamos mereciéndonos ese homenaje para cenar pero... ¿dónde? cerca de nuestra posada no había nada y solo se nos ocurría Torrelavega, pero también nos daba pereza solo entrar a cenar y sin saber muy bien exactamente dónde.

Finalmente acabamos buscando algún lugar en Google y para nuestra sorpresa... ¡solo estába a 4 minutos de nuestra posada! tuvimos que ir a Cartes. Es un pequeñísimo pueblo (de 2 calles) pero también muy bonito, siguiendo el estilo cántabro. En una de esas 2 calles estaba la taberna donde acabamos cenando. Recorrimos Cartes y nos sentamos a cenar una tabla de quesos cántabros, unas rabas de calamar, pastel de setas y verduras... y de postre, por supuesto, tarta de queso. No nos privamos de nada y la cuenta quizás se nos fue de las manos, pero ese día nos lo habíamos ganado.

>> Santander y Cabárceno <<




Fuente: este post proviene de Ganas de viajar, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

¡Bon día! hoy parecía que quería salir el sol y nuestro primer desayuno de las vacaciones lo teníamos incluido en el hotel 4*. Bajamos a primera hora de la mañana y ya había cola para entrar al buffet ...

Costa Brava ha sido un destino improvisado y un viaje de última hora (un viaje a Punta Cana fallido). Hacía muchos años que visité algunos pueblos de la Costa Brava y tenía muchas ganas de volver con ...

La ciudad de Palma de Mallorca es una opción perfecta para una escapada urbana y se puede visitar durante todo el año gracias a su clima agradable. Es una ciudad grande, elegante y cosmopolita, a la v ...

La comida mexicana es una verdadera fiesta. ¿Quién no ha ido antes a un restaurante mexicano o ha probado las fajitas alguna vez? sin embargo, las pinceladas gastronómicas de México que nos llegan aqu ...

Etiquetas: Mi cuaderno

Recomendamos