Mediodía, sol, verano.
Los árboles, pletóricos de hojas verdes,
nutren el alma y llenan de vida el corazón.
En este día estival, acariciándose el hoy con el ayer,
el ayer con lo eterno,
siento algo muy especial.
Un instante de paz,
disfrute al máximo.
Igual que la otra vez. Y también fue otra.
¡Oh! Amado astro sol: déjame quedarme estos instantes
y no me los robes al atardecer.
Déjame abrazarte, luz de agosto,
y no permitas que el Otoño te robe tu magia.
Déjame ser feliz un poquito más