Ya casi estamos a finales de agosto y no sé a vosotros, pero a mi, se me está pasado volando el verano. De momento no he ido a la playa y digo de momento, porque aún me quedan unos días de vacaciones y... ¿quién sabe?.
Como ya sabéis a finales de julio, las niñas y yo hemos estado en Flandes y Paises Bajos y una de las ciudades que hemos visitado ha sido en Bruselas. Era mi segunda vez en la capital belga y me hacía muchísima ilusión enseñarles la ciudad a las niñas. También quiero enseñárosla a vosotros, y para ello he pensado hacerlo a modo de ruta, dividiéndola en dos entradas y mostrándoos en cada una de ellas lo que hemos visto, igual que hice cuando estuvimos en Londres, intercalando lugares de interés cultural, así como una pequeña guía gastronómica de la ciudad.
Nos alojamos en el Novotel Brussels Centre Tour Noire (Rue de la Vierge Noire, 32), hotel muy céntrico y con unas habitaciones muy confortables. Desde el hotel, callejeando, nos encontramos con el precioso edificio neoclásico de La Bolsa de Bruselas que está ubicado en un amplio bulevar, muy animado, con artistas callejeros y gente paseando a casi cualquier hora del día.
Tan sólo a cinco minutos andando, ya se adivinaban las torres de la Grand Place una de las plazas más bonitas que conozco y de la que ya os había hablado en la entrada que hice sobre Bélgica, para el reto #reposterasporeuropa.
En ella se encuentran, el Ayuntamiento, la Casa del Rey, la casa de los Duques de Brabante y las casas de los diferentes gremios (cerveceros, pintores, panaderos, carpinteros, barqueros...) a cual con una fachada más bonita.
Y en todas las calles que desembocan en la Grand Place y alrededores, encontramos gran infinidad de chocolaterías, que venden el famoso chocolate belga, presentado de mil y una maneras, con diferentes envoltorios a cual más bonito y apetecible, en forma de tentación que te dice: cómeme cuando pasas al lado de un escaparate. Y es que es difícil resistirse a uno de los mejores chocolates del mundo no sólo en calidad y sabor sino también en presentación.
¡Adictos al chocolate, aquí tenéis vuestro paraíso particular! Y digo tenéis, no porque a mi no me guste, sino porque no me considero chocolate-adicta aunque me guste y mucho.
En cuanto a chocolaterías tenéis muchas, aunque la chocolatería por excelencia es Pierre Marcolini en la que sus chocolates se exponen como si de joyas se tratasen. También tenéis marcas mundialmente famosas como Godiva o Neuhaus y otras más asequibles como Elisabeth, (que a mi particularmente me encantó), Pierre Ledent, Le Comptoir de Mathilde… todas ellas muy buenas, así que elegid vosotros mismos en base a lo que queráis comprar y a lo que os queráis gastar.
Y ¿qué me decís de estos merengues? ¿No os parecen espectaculares?
Salimos de la Grand Place y alrededores (porque sino entre unas cosas y otras no nos movemos) y a escasos 300 metros nos encontramos con el Manneken Pis, símbolo de Bruselas y que si no fuera por la cantidad de gente que hay siempre alrededor, pasaría casi desapercibido por su pequeño tamaño. Fotos de rigor y continuamos…
Seguimos paseando con dirección al Mont des Arts, y atravesamos sus jardines para llegar a uno de los miradores más famosos de Bruselas y desde el que se pueden admirar unas bonitas vistas.
Si seguimos subiendo la Rue Coudenberg llegamos a la Place Royale, donde nos encontramos el Museo Magrit, el Museo de los instrumentos musicales, el Museo de Bellas Artes y el impresionante Palacio Real (por el que pasaremos a la vuelta).
Tomamos la Rue de la Regence y dando un paseo llegamos a Notre Dame du Sablon, iglesia católica con una gran riqueza ornamental interior y unas maravillosas vidrieras. En ella se grabaron algunos de los escenarios de Los Pilares de la Tierra, así que si os habéis leído el libro, podéis dejar volar vuestra imaginación.
Al fondo de la calle vemos el grandioso edificio del Palacio de Justicia uno de los edificios más grandes de Europa y que como dato os diré que es más grande que San Pedro del Vaticano. Nosotras no llegamos a ir, sólo hicimos unas fotos a lo lejos.
Volvimos desandando nuestros pasos de nuevo hasta la Place Royale donde podéis ver el maravilloso Palacio Real, sus jardines y justo en frente, el Parque de Bruselas o Warandepark, que sería algo así como El Retiro para los madrileños.
Es el principal lugar de esparcimiento de los bruselenses y desde luego que doy fe, porque no os podéis ni imaginar la cantidad de gente que había jugando a Pokemon Go.
Muy cerca, a unos 500 metros podemos visitar la Catedral gótica de San Miguel y Santa Gúdula, que está situada muy cerca de la estación central, y también tiene unas preciosas vidrieras y un magnífico órgano.
Y ¿qué os parece si nos tomamos un gofre? Este es otro de los dulces por excelencia que tenéis que probar si visitáis Bruselas. Existen dos tipos de gofre: el gofre de Bruselas y el gofre de Lieja. El gofre más conocido y más comercializado en Bélgica es el gofre de Lieja, más pequeño, con las esquinas más redondeadas y con 24 agujeros. En cambio el gofre de Bruselas es de mayor tamaño, de forma rectangular y tiene 20 agujeros.
Además el primero es más dulce y contundente y se sirve con multitud de toppings diferentes (nata, crema de speculoos, nutella, fresas, kiwi..., etc.) y el gofre de Bruselas se suele tomar con azúcar espolvoreada por encima y a veces con chantilly.
Muy cerca, podemos visitar las Galerías Saint Hubert, las primeras galerías comerciales acristaladas de Europa y las más elegantes, que precedieron a galerías como las de Vittorio Emanuele en Milán. Podéis aprovechar y si todavía no habéis probado los gofres, sentaros a tomar un café con un dulce y seguir viendo, más y más escaparates con más y más chocolate y muchas otras delicatessen.
Es aquí donde se encuentra la chocolatería Neuhaus, fundada en 1857 y que a día de hoy se encuentra ubicada en el mismo sitio. Fue Jean Neuhaus el que puso de moda el chocolate en esta confitería. Su nieto crearía el primer bombón relleno (praliné) y su mujer la "ballotin", las cajas de bombones que sustituirían a los cucuruchos de papel.
También podéis encontrar otro de los dulces típicos bruselenses, el cuberdon que es un dulce regional belga elaborado con almíbar y goma arábiga y aromatizado originariamente con frambuesa, aunque hoy en día se pueden encontrar de múltiples sabores.
Y ya estamos otra vez al lado de la Grand Place, habéis visto que las distancias no son demasiado largas.
Para los que es la primera vez que visitáis Bruselas, este primer recorrido os permitirá conocer los lugares más emblemáticos de la capital belga y disfrutar del centro histórico de la ciudad con tranquilidad y sin agobios.
Parece que este verano Bruselas está de moda porque mis amigos y compis Olga del blog "Olga en el País de los Cupcakes" y Goyo del blog "I Cake 4 U" también han visitado Bruselas. Os invito a que visitéis sus blogs.
Espero que os haya gustado esta primera parte de nuestra visita a Bruselas. Muy pronto os contaré más cosas.