Inspirado en el folclore europeo, el escultor británico Tach Pollard talla piezas surrealistas en madera –principalmente de raíces de roble, espino y endrino– que él mismo desentierra en los bosques cerca de su casa; aunque en sus últimas obras se ha decantado por una madera blanca, nudosa y mística asociada con Merlín.
Su acercamiento a la naturaleza y, concretamente, a los árboles tuvo lugar cuando todavía era un niño, aunque no fue hasta más adelante que comenzó a esculpir, con el despertar de su fascinación por la diversidad mitológica y cultural europea que abarca desde la antigua Grecia hasta la mitología vasca y aragonesa, pasando por la nórdica y celta. Tach Pollard. Con su trabajo en madera da vida a criaturas estilizadas y finos objetos que se perciben como extensiones orgánicas del espíritu de la naturaleza. Las extremidades largas y delgadas, los rasgos misteriosos de los personajes que talla en sus figuras hacen que sus esculturas, más que reales y volumétricas, parezcan sombras. La estética del trabajo de Pollard trae reminiscencias de la forma originaria de la materia prima que utiliza; las esculturas parecen raíces que emanan de la tierra con un halo de magia.