Anécdotas para empezar la semana con risa

¿Nos reímos?Anécdotas para comenzar bien la semana

Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? Espero que genial. El mío ha sido muy bueno, a ver qué tal se da la semana.

Hoy vengo con un post de anécdotas. He recopilado algunas de las que tengo publicadas en el blog. Ya sé que generalmente estas cosas hacen gracia cuando las vives, no es lo mismo cuando se cuentan, pero espero que aun así empecéis la semana con una sonrisa. Y sin más rollo, empezamos.



Esto sí que es meter la pata




La primera ocurrió hace tiempo. A mí me gusta desde la adolescencia un entrenador de fútbol que es de aquí de Gijón. Hace unos años tuve una comunión, y cuando llegué a la iglesia estaba toda la familia esperándome, como en El Padrino, móvil en mano para enseñarme todas las fotos que se habían hecho con el susodicho, que al parecer estaba en la comunión de una sobrina.

Entonces yo, como una loca, eché a correr para coger sitio en la iglesia al lado o cerca de él, y al ir dando zancadas sin mirar, metí el supertacón que llevaba en una alcantarilla o algo así, no sé ni lo que era. El caso es que se me despegó todo el zapato, vamos la suela, y para mi fastidio tuvo que ir mi marido, que se rió de mí hasta que se hartó, (yo creo que fueron los celos, jeje), a un bazar chino que estaba abierto justo enfrente, a comprar superglú para arreglarlos un poco.

El entrenador salió antes de que acabase la misa para evitar que lo persiguiesen y yo no me enteré, porque estaba sentada en unas escaleras laterales esperando a que me secase el maldito superglú, descalza, of course. Y cuando se me pasó el enfado saqué dos conclusiones:

Las sandalias de zapaterías caras(me habían costado 35 € en segundas rebajas, su precio era de casi 100€, tan tan malas no tendrían que haber salido) no aguantan más de dos o tres eventos, no merece la pena el gasto. Y el superglú de los bazares chinos es tan bueno como el otro y muchísimo más barato.



El Karma.

Mi hermana y yo fuimos unas adolescentes bastante buenas pero como todos tuvimos nuestros momentos.

Una vez mis padres se fueron a una reunión escolar y nos quedamos en casa con ganas de divertirnos. Y se nos ocurrió gastar una broma por teléfono. Nunca hacíamos esas cosas y no sabíamos ni por donde empezar pero no sé como, la verdad es que no lo recuerdo, se nos ocurrió pedir hielo a una empresa de esas que repartían hielo a los bares.

LLamé yo, tras buscar el número en las Páginas Amarillas, y pedí un montón de kg de hielo para el día siguiente, y di una dirección al lado de un bar donde teníamos pensado quedarnos para ver llegar el camión.

El caso es que al día siguiente surgió un evento familiar repentino y nos marchamos al pueblo y no pudimos ir. Y con el lío se nos olvidó el asunto totalmente.

Por otro lado os diré que en mi salón teníamos una mesita auxiliar de mármol con unas colecciones de ceniceros y abrebotellas que traíamos de los viajes. Mi madre coleccionaba de todo, y tenía muchos abrebotellas de publicidad en cajitas, y los que eran de bronce o le gustaban estaban en esa mesita.

Pues un día, como una semana después de aquello, más o menos, llegamos de clase y vimos un abrebotellas en la mesita auxiliar y comprobamos que era de publicidad, concretamente de la marca del hielo que habíamos pedido nosotras.

Y en ese momento nos volvimos locas, empezamos a decir que era una señal para que confesáramos, que había entrado la policía en casa y era una trampa. Entramos en bucle y no sabíamos que pensar.

Pasamos un par de días horribles imaginando todo tipo de cosas malas y una de esas tardes les confesamos a mis padres nuestra gamberrada.

Y ellos se quedaron muy sorprendidos, no podían ni reñirnos de su asombro porque ni se lo imaginaban. Y cuando les preguntamos por qué en la mesa había un abrebotellas de publicidad mi padre nos lo explicó:

-Porque tu madre no me deja abrir las botellas con los abridores de colección y los de publicidad están tan guardados que da pereza cogerlos y nunca tengo con qué abrir. El otro día me dio este un compañero de trabajo que sabe que los coleccionamos y lo dejé a mano para usarlo.

¡¡¡¡¡Ainnnnns, la explicación era de lo más sencilla!!!!!!

Al final no nos castigaron pero la charla-bronca sobre respetar el trabajo de los demás y lo duro que es ganarse la vida fue monumental, jamás se nos pasó por la cabeza volver a hacer algo así.

Al final yo creo que fue el karma el que puso ese abrebotellas en nuestro camino, para que confesáramos y jamás se nos volviera a ocurrir hacer algo semejante, aunqu eno era tan raro en el fondo porqu eal parecer de aquella solo había un par de marcas de reparto de hielo.

A pesar del final feliz siempre nos quedó la curiosidad:¿llevaron o no, el hielo al lugar donde lo pedimos?


Era muy parecido a este

El espía tras el periódico

Yo siempre he sido una miedosa y encima con imaginación, y claro, eso te pone en situaciones absurdas. Y en la adolescencia todo se magnifica.

Mi hermana y yo solo cogíamos el bus juntas un día a la semana, el resto del tiempo no nos coincidía el horario, y siempre que íbamos juntas nos pasaba algo.

Recuerdo una vez que, nada más salir del portal, muy muy temprano, y justo cuando nosotras empezamos a caminar hacia la parada del autobús, siendo aún de noche, empezó a andar exactamente a la vez un señor que estaba leyendo un periódico, como en las pelis de asesinatos.

Yo lo vi y me entró una paranoia terrible creyendo que nos perseguía parapetado tras el periódico y le dije a mi hermana a gritos que corriera, y ante su perplejidad, eché a correr como una loca sin mirar atrás. Asustadísima crucé la carretera, de nuevo sin mirar, y afortunadamente no venía ningún coche. Entonces, no se me ocurre nada mejor que atravesar un jardín para llegar al otro lado de la calle. Por entonces los jardines estaban rodeados de una especie de arandelas metálicas, generalmente de color rojo, no sé las recordáis.

Bien, en mi euforia por huir de mi asesino no vi esas arandelas que os comento y me las tragué, y caí echada(siempre caigo a la larga), resbalando y llenando mi precioso pantalón Levi´s blanco de verdín y algo marrón que no quise saber lo que era(quiero pensar que barro). Pero lo peor es que en el suelo le gritaba a mi hermana, en plan melodramático, que siguiese corriendo y se salvase ella, que no me esperase, cuando ella me miraba alucinando desde la otra acera, porque ya no nos seguía nadie.

Nunca supe las intenciones de aquel hombre, pero no me gusta que me sigan de modo furtivo cuando salgo del portal. Y lo peor es que tuve que ir a clase porque a primera hora tenía un examen importante, aunque, eso sí, a segunda hora me volví a casa y a mi madre, obviamente no le dije la verdad, dije que había tropezado y se lo creyó.





La foto es actual pero las arandelas eran igualitas


Maldito Whatsapp

Esto me ocurrió hace unos veranos, y aunque en el momento me dio mucha rabia ahora nos reímos.

Para mí es con diferencia la mejor.

Mi hermana tiene una compañera de trabajo cuyos suegros viven en la misma calle que mi hermana.

Un día pasaba por allí y vi un coche de la funeraria y además veo a la compi en el portal hablando con un policía, y una señora me comentó que su suegro había fallecido en casa y la habían llamado a ella.

Entonces le mandé un whatsapp a mi hermana, que estaba trabajando, contando lo ocurrido.

Mi whatsapp quería decir algo así;

Vi a fulanita, murió su suegro y ella está delante del portal con un policía.

Pero con las prisas me comí las palabras suegro y portal y en vez de delante puse alante y el traductor lo cambió por amante y el mensaje fue:

Vi a fulanita, murió y está con un amante policía.

No sabéis la que se lió, mi hermana ni me llamó ni nada para preguntar y subió llorando a la oficina con la noticia, y cuando intentaron contactar con el móvil de la chica no lo cogía porque con el susto que tenía ni lo llevaba encima...fue un lío enorme.

Y cuando se aclaró todo mi hermana quería matarme, aunque yo creo que la culpa la tiene ella por no confirmar las noticias. ¿A qué sí?

Y ya paro que me ha quedado un post larguito y además vais a descubrir lo alocada y poco sensata que puedo llegar a ser.

Muchas gracias por leerme y nos vemos el miércoles con algún truco.

Muy feliz semana.



Fuente: este post proviene de Pequeños trucos para sobrevivir a la crisis , donde puedes consultar el contenido original.
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