Los seis primeros episodios, llamados "Red Tide", giran en torno al talento y a cómo conseguir lo que deseas a cualquier precio, narrado eso sí en clave vampírica y llenos de momentos que rebosan ironía por los cuatro costados. Las puñaladas narrativas que reparte a la creatividad mainstream estadounidense son dignas de elogio, mencionando nombres y apellidos de diferentes autores y artistas, hurgando en la herida de manera despiadada. Nada que no hayamos visto anteriormente en esta serie, que sin sobresalir en exceso con este sexteto inicial, es capaz de aprobar con buena nota.
Los cuatro últimos, englobados dentro de "Death Valley" sin duda son una maravilla narrativa, encajando hechos y personajes históricos americanos de los años cincuenta y sesenta con una historia alienígena, que si no fuera tan descabellada nos la podríamos acabar creyendo. Mediante saltos temporales continuos entre pasado y presente van dando explicación a toda clase de misterios que todavía no han sido resueltos del todo en el mundo real, y lo hace sin cortarse un pelo, despellejando literal y figuradamente, a personas de todas las etnias, edades, clases sociales y relevancia. Sin duda de lo mejorcito que nos ha ofrecido esta saga televisiva a lo largo de tantísimos años.
Mi puntuación "Red Tide": 6/10
Mi puntuación "Death Valley": 8/10