Porque nunca me gustaron los criticones. Es más, si la crítica es constructiva, pues bienvenida sea, pero a la crítica destructiva, que es normalmente la que se emplea por estas tierras, pues es inservible. Las últimas elecciones no voté, por ser tan cansinos todos y algunos en particular, pero volveré a votar cuando surja, y como siempre tengo muy claro a quien no hacerlo. Se lo han ganado a pulso. El abanico se comprime, las posibilidades se recortan.
Porque las personalidades que cito, se han podido equivocar alguna vez, no lo discuto, pero aquí y ahora ejercen bien su papel, y solo podemos decir agradecidos: muchas gracias. Y si tienen mucha pasta y mucho poder, pues me alegro por ellos. Ojalá pille yo algún día semejante dinero, pero sinceramente...no entiendo al sector crítico de este pais. Son una carga y con que Amancio donase 20 céntimos, ya habría hecho mucho más que todos ellos.
Porque no es época de criticar, sino de aplausos. Aplausos a los sanitarios, y otras profesiones, que se están dejando la piel. Os queremos. Y no llego a aplaudir, pero sí apoyo al gobierno en estos momentos. No por ser socialista, o haber cometido unos cuantos fallos, sino por ser el gobierno de España. De esta España que me encanta. Vamos.
Y los más importantes, los realmente importantes, no son los críticos, ni los reyes, ni siquiera Amancio Ortega, sino los que están padeciendo el mal, tanto en sus carnes como en sus seres queridos. Confío que según pasen los días, estemos más cercanos al fin de la pandemia, pero...la de vidas que está costando. Qué gran error haber dejado de invertir en sanidad y en ciencia. Esperemos aprender de los errores. Sí, el gasto en "defensa" también era y es necesario.
Pues eso: llevamos unos 12 días encerrados, y ojalá me equivoque si no nos queda todavía un mes más. Qué cruz, pero hay que cumplirlo. Quedate en casa.
Besos y abrazotes