La etimología del término Gallinera proviene del mote pre-romano formado por KAL (roca, peña) e INAR (obertura, agujero), por lo que el topónimo indica el referente paisajístico más destacado del valle, la denominada Penya Foradà, que es una roca horadada que forma un arco de piedra, situada en una de las cimas de la Serra Foradada, a 737 m de altitud.
En 1611 el duque de Gandía favoreció la fundación del convento a frailes descalzos de la orden de San Francisco construyeron cerca de Benitaia, en la Vall de la Gallinera, colocándose la primera piedra el 11 de junio, al día siguiente del otorgamiento de la Carta Puebla, bajo el patronato del Duque de Gandía. Lo edificaron justo en el lugar donde, coincidiendo con el día de su santo patrono, San Francisco de Asís (4 de octubre), los rayos del Sol atraviesan la Foradà y lo iluminan. La construcción el monasterio está relacionada con la expulsión de los moriscos a comienzos del siglo XVII.
La Peña Foradada dispone de un arco de piedra natural de unos 3,5 m de altura que se puede observar desde diferentes puntos del valle, y a través de él dos días al año, el 4 de octubre (a las 16h 20m hora local) y el 9 de marzo (a las 17h 42m hora local), los rayos del sol pasan por el agujero, estos datos fueron calculados por José Lull con operaciones de trigonometría esférica. Estos días varían de año en año, lo que se refleja en un pequeño desfase de unos días, según el año. A consecuencia de las dimensiones de la Foradà hay un alto grado de focalización en la alineación, por lo que el fenómeno dura un poco menos de dos minutos
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