Escocia es uno de los reinos que engloba la Gran Bretaña. Su posición, al norte de la isla, hacen de ella un lugar frío y lluvioso, pero no por ello menos atractivo para viajar. La naturaleza con bastas extensiones de césped y bosques es protagonista en esta zona, así como los lagos, como el archifamoso Lago Ness.
Las dos grandes ciudades de Escocia son Edimburgo y Glasgow, aunque la primera se lleva la mayor parte del turismo gracias a sus monumentos, sus calles de viviendas góticas y el impresionante castillo que corona la ciudad. Además de éstos, también destaca la belleza del palacio de Holyrood y de su abadía que, a pesar de estar en ruinas, aún sigue siendo importantísima en la ciudad.
la Abadía de Holyrood fue mandada construir a principios del s.XII por el rey David I de Escocia, y a la misma se le atribuyen diversas leyendas que tienen que ver con su nombre, 'Rood' significa cruz. Según una de ellas, el rey mandó su construcción tras haber sido supuestamente salvado de la muerte por un ciervo que portaba una cruz luminosa entre su cornamenta.
Sea como sea, desde su finalización, esta iglesia ha sido testigo de numerosos actos religiosos y también escenario de actos de la realeza. Sin embargo, a pesar de encontrarse en pleno corazón de Edimburgo, la Abadía de Holyrood también ha sido víctima de destrucciones y saqueos en diferentes épocas y, a pesar de los esfuerzos que llevaron a su restauración en el siglo XVIII, diez años después de su completa restauración, el techo se vino a bajo a causa de un huracán dejando hasta hoy restos ruinosos de la misma, no por ello menos atractivos para el turista.
Viendo las fotos podemos admirar lo que queda de los amplios arcos de estlio gótico que componían esta famosa abadía. En cierto modo, el hecho de que se encuentre en ruinas le confiere un punto enigmático a la construcción de la Abadía de Holyrood, ¿no os parece?
Imágenes: laszlo-photo/Flickr, Pip R. Lagenta/Flicr