Ya sea una bailarina, un salón o una deportiva, si no llevo ni medias ni calcetines tengo herida seguro. Con el tiempo, a fuerza se insistir, consigo que no me hagan daño pero me cuesta sangre, sudor y lágrimas. Harta de pasar por este calvario una y otra vez he hecho esta recopilación de trucos para ver si salgo vencedora de una vez. Espero que os sean de ayuda.
Elegir el número correcto
Parece algo obvio pero en ocasiones no nos probamos los dos zapatos y nos arriesgamos a que los dedos toquen la parte delantera del zapato y nos roce delante y detrás. Si uno de los zapatos nos queda bien y el otro un poco grande (algo perfectamente normal pues solemos tener un pie más grande que otro) podremos usar una media plantilla para que no nos baile el que nos va más grande.
Usar calcetines húmedos
Ponernos en casa los zapatos con unos calcetines de algodón húmedos hará que el calzado se vaya adaptando mejor a nuestros pies y dándoles un poco de forma.
Meter los zapatos en el congelador
Si llenamos hasta la mitad dos bolsas de agua y metemos los zapatos en el congelador con ellas dentro conseguiremos que al congelarse hagan que el zapato ceda un poco.
Untarlos con crema hidratante
Cuanto más cremosa sea mejor (la Nivea de la caja redonda de toda la vida es perfecta), lo tendremos que hacer repetidamente hasta que el material se haya ablandado y deje de rozarnos.
Comprar los zapatos por la tarde
Si esperamos a la tarde nuestros pies estarán algo más hinchados por haber soportado todo el peso del cuerpo durante el día y nos aseguraremos de que el zapato no nos rozará cuando nos lo pongamos por la mañana.
Usar productos anti-rozaduras
Los venden en las farmacias, son unas cremas protectoras que aplicadas sobre el pie evitan que el zapato roce en las zonas más conflictivas. Si os soy sincera debo decir que este remedio a mí no me ha funcionado, sí es cierto que retardan la aparición de las ampollas pero en mi caso no lo evitó.
Usar plantillas de silicona
Muchas veces el zapato roza en los dedos porque nos va holgado y mientras andamos se va moviendo, para evitarlo hay unas plantillas de silicona que, situadas donde pisa la planta del pie, conseguimos que el zapato nos ajuste mejor y que nuestra pisada esté más amortiguada, lo que también nos evita muchas incomodidades (si sólo pretendemos usar la plantilla como amortiguador también se puede usar un salvaslip como sustituto). Si el problema es que se nos sale por el talón y nos va rozando, podemos usar unas almohadillas para que el zapato quede bien sujeto y además nos proteja de las rozaduras.
¿Y vosotras? ¿tenéis algún truco para que no os rocen los zapatos? dejad vuestros comentarios y compartid con los iconos que tenéis debajo