Reflexión; como si se hubiese detenido el tiempo.

Jueves reflexivo; parece que se paró el tiempo.

Hola a todos y muy bienvenidos. ¿Qué tal habéis pasado esta semana? A mí se me ha esfumado, pero así, sin más, ayer era lunes y hoy es jueves, jejeje.

Hoy es día de post improvisado, ya sabéis que estoy con mi gato, que ha subido y bajado de mi regazo cien veces, creo que tiene calor así que no sé si me acompañará todo el tiempo. Y aquí estoy yo con mi café muy muy caliente, que yo desayuno café hirviendo invierno y verano, y muchas ganas de empezar el post.

Y sin más rollo empezamos.

Estos días me ha dado por pensar en esa gente a la que vemos muy poco pero cuando nos encontramos lo haces en el punto en el que lo dejamos la última vez, como sino hubiera pasado el tiempo.

El sábado estuve de Comunión familiar, y nos reunimos un montón de gente, muchos a comer y otros se acercaron ya por la tarde.

A algunas de estas personas las veo bastante a menudo así que la cosa fue más o menos como siempre, pero a otros, a pesar de vivir muy cerca los veo poco, y cuando nos vemos nunca tenemos la sensación de llevar demasiado tiempo sin vernos.

Es curioso lo cerca que a veces estamos de algunas personas, a pesar de la distancia física, no solo en kilómetros sino en minutos.

Mi hija tiene una gran amiga desde los tres años. Hasta que empezaron los estudios superiores se veían casi a diario, pero desde entonces, una con turno de mañana y la otra de tarde, una con el coro, voluntariados y sus grupos y la otra con clases particulares y algunos temas familiares apenas se ven, aunque vivimos muy muy cerca. Pues ambas dicen que cuando se ven es como si siguieran sentadas en la mesa de la ESO, hablando de sus cosas, como si el tiempo se hubiese detenido.

Y el mejor amigo de mi padre vivía en otra provincia y lo veíamos un mes al año, y a veces cada dos años, y el contacto se retomaba como si tal cosa.

Adoro esa sensación de confianza y cercanía, de reírme de las cosas tontas, de sentir que me entienden aunque no hayan vivido las mismas cosas, ni siquiera parecidas. Sentirse acompañada es una gran sensación.

A mí me pasa, además de con algunos amigos, con algunos familiares. A algunos de mis cuñados los veo un montón y a otros poco, en eventos y poco más, por temas de trabajo y estudios de los hijos, pero esa confianza, esa naturalidad que siempre tuvimos...es verdad que no importa la distancia. Para mí la distancia jamás será el olvido.

Supongo que Internet ayuda, hablamos por facebook y tenemos grupos de whatsapp de familia y amigos donde ponemos fotos y compartimos cosas, y claro, eso ayuda. Esta semana hemos estado compartiendo fotos de la Comunión, lo que nos hemos reído con algunas.

Siempre me han llamado la atención las relaciones humanas, amistades que parecían inquebrantables que se acaban de golpe por una tontería, amistades que han empezado titubeantes y con los años se vuelven firmes y sólidas, familias que darían la vida unos por otros y familias que no se entienden o se odian a muerte...es todo tan complicado.

Yo no me quejo de mi familia directa, y de los lejanos tampoco aunque ahí ya hay de todo, pero en términos generales no me quejo, al menos por ahora, que nunca se sabe.

El sábado, a media tarde, cuando ya la comida iba quedando atrás, nos fuimos unas 15 personas a dar un paseo junto al mar y a charlar, y llegamos a un parque al que todos habíamos ido en muchos momentos de nuestra vida. Pues al ver a nuestros hijos veinteañeros subidos en los columpios nos embargó a todos esa sensación de tiempo detenido, pero a la vez de felicidad por estar en el momento que estamos, con lo bueno y con lo malo. Ver que han pasado los años y seguimos estando todos bien, que los niños han crecido y son personas buenas y responsables, con sus defectos y manías pero buenas personas, ponerme mis zapatos cómodos para caminar con el vestido elegante que llevaba sin importarme lo que pudiera parecer, y seguir riéndonos de las mismas bobadas que hace 20 años a mí me llenó de vida.

La verdad es que hoy no vengo muy inspirada y quizás os esté aburriendo, pero es que cuando tengo estos encuentros familiares y salen bien vuelvo en modo zen total, jejejeje.

Aún me queda una comida que siempre hacemos el fin de semana más cercano al día del Carmen, a ver si sale tan bien como en esta, y vamos a ir al pueblo de mi abuela en Picos de Europa a reencontrarnos con mucha gente a la que vemos una vez al año o menos, y esos abrazos...pero de momento estoy aquí así que tendré que ver a los que tengo cerca, la semana que viene sin ir más lejos tenemos planes.

Dicen que los olores son capaces de despertarnos los recuerdos más dormidos y ahora que va amaneciendo, al captar un aroma, he recordado una escena. Cuando fui de viaje de estudios a Londres todos los alumnos salimos de un lugar concreto a las seis menos cuarto de la madrugada, era de noche y apenas había nadie por la zona, pero toda mi familia acudió a despedirme; mis abuelos, mi hermana, mis padres, mi tío...y cuando el autocar arrancó yo sacudiendo las manos como una loca y llena de ilusión.

Cuando volví más o menos a la misma hora, once días más tarde, todos estaban allí y al bajar fue como si no me hubiese ido, empecé a hablar con ellos mientras me achuchaban, contando lo que había visto, lo que había comido y el lío en el que me metí en la aduana al no declarar que llevaba tabaco y licor para mi padre y mi abuelo.Al final no pasó nada pero por mi despiste casi perdemos el ferry. O cuando vi con mi amiga como intercambiaban una pistola y acabamos en la cocina del restaurante por atolondradas.

Tengo la ventana abierta y el olor que entra de la calle me recuerda al del día de mi partida al viaje, un olor a primavera, a ilusión, a juventud y a muchas cosas buenas. Y sé que ha sido ese olor, ese sutil aroma me ha hecho recordar la escena.

Ayyyyy se me van las musas y ya poco se me ocurre, solo decir que llevo unos días muy buenos y quisiera embotellarlos para revivirlos de vez en cuando, la tarde de ayer en la playa, por ejemplo, fue genial, pero por otro lado me gusta que las cosas pasen y no vuelvan, que quede el recuerdo y también la expectación por el futuro, que la ilusión esté siempre presente.

Y por hoy lo dejo que sé que me he enrollado mucho para no decir nada, solo que hay que aprovechar el momento y a los que tenemos cerca. Y a los que están lejos pues también, afortunadamente tenemos medios para estar conectados y aunque no es lo mismo al menos sabemos que están bien.

Muchísimas gracias a todos por leerme, de verdad que es genial lo bien tratada que me siento siempre aquí y hasta el sábado, que nos veremos con mi resumen semanal.

Fuente: este post proviene de Pequeños trucos para sobrevivir a la crisis , donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Recomendamos