Mi amiga Olga me regaló el libro Primero de poeta de Patricia Benito y me habló de uno de sus poemas, "tengo que". Regalar un poema como el que acabo de descubrir gracias a ella es un regalo tan grande y hermoso como el mundo entero, y por eso le doy las gracias. Gracias, amiga. Y gracias también a Patricia Benito por recordarnos que hay que vivir.
Yo siempre he creído ser del tipo de personas que viven, pero a veces la gente que te rodea, las circunstancias y sobre todo tú que te dejas vencer, te arrastran al otro lado del vivir. Y se necesitan precisamente escritoras y amigas como estas, para que te devuelvan al otro lado de la vida, en el que se vive, joder, se vive.
...tengo que...
Mis alas me piden a gritos que las abra.
Tantas veces he querido hacerlo
y no me han respondido
que me sorprende que sean ellas solas
las que tomen las riendas.
Y es que ahora me siento bien.
He llegado a entender
que el que no quiere estar en tu vida
no está
y no puedes hacer nada para remediarlo,
y seguramente no debas hacerlo.
Y los que quieren estar
mueven montañas porque así sea.
Como se nota la diferencia.
Y sí, el día que pasas un rato triste porque
alguien te cuido mal, pierdes.
El día que no aprovechas al máximo,
se esfuma. Y no vuelve.
Quitaos de la cabeza eso de que hay más
días que panes/ollas/pollas o cualquier
estúpida rima.
No los hay.
Y mucho menos en los que podamos
disfrutar sin condiciones.
O somos muy jóvenes,
o somos muy viejos,
o mañana trabajamos,
o nos duele esto o nos falta lo otro.
¿Cuántos jodidos días te crees que tienes
para disfrutar?
Que no me refiero a que te vayas a hacer
puenting después de tomarte el Cola Cao,
o a que te emborraches cada noche sin
conocimiento, a que tires a alguien sin
preguntar ni el nombre...
Haz puenting si es lo que te apetece, tírate
en paracaídas si te mola, bebe o no, fóllate
a cualquiera que te apetezca follarte o
quédate en el sillón, plancha la ropa,
piérdete por las calles... Lo que sea, pero
que te llene. No llegues a casa pensando
que hoy ha sido el mismo puto día de ayer
y seguramente igual que los trescientos
treinta y cinco días siguientes.
Vive, joder, vive.
Y si algo no te gusta, cámbialo.
Y si algo te da miedo, supéralo.
Y si algo te enamora, agárralo.
"Tengo que" nunca es un buen comienzo.
No hagas nada que empiece con estas palabras.
"Quiero/amo/me flipa/voy/puedo" es la mejor
manera de construir tus frases, tus días
y toda tu vida.
Patricia Benito.
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