A escasos metros de ella, el teléfono se prendió en llamas y luego de apagarse por unos segundos volvió a incendiarse con más fuerza todavía.
La mujer se vio orillada incluso a estacionarse en medio de la carretera a esperar a que se apagara el fuego.
Sin embargo, la mujer cometió dos graves errores que podrían haber evitado este accidente que pudo representar un pelirgo aún más grave.
La mujer había remplazado la batería original por otra genérica, que es de un costo menor, pero no ofrece la misma garantía y en ocasiones puede provocar problemas como éste.
Por otra parte, los teléfonos nunca deben dejarse bajo el sol, pues tienen componentes que reaccionan al calor y a las altas temperaturas.
Estos dos factores se juntaron y provocaron un peligroso incidente que por fortuna no pasó a mayores.