Antes de todo el alcohol dehidrata. El alcohol inhibe la acción del antidiurético natural que posee nuestro cuerpo y regula la cantidad de agua en la sangre.
Como resultado la actividad de los riñones se dispara y nos entran más ganas de ir al lavabo. Esta deshidratación hace que el alcohol tenga un efecto mucho más pronunciado sobre nuestro organismo.
Vamos más al lavabo cuando bebemos alcohol
El alcohol lo eliminamos en parte de los pulmones y a través de la orina y el sudor, pero la cantidad no es lo suficiente. La cantidad que se elimina es un 2%, el 98% restante es metabolismo por el hígado. Allí se elimina entre 7 a 10 gramos de alcohol pro hora.
Por cada gramo de alcohol metabolizado adquirimos 7,1 calorías.
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