Una vez finalizada la cobertura de Terrormolins 2016, que podéis consultar aquí, podemos corroborar que no hemos suspendido ninguna de las películas que hemos visto. Esto demuestra el alto nivel de esta edición donde nuestras películas favoritas abarcan una amplía variedad de subgéneros del cine de terror.
Empezamos por la que más nos ha gustado, La madriguera, un thriller donde los personajes son lo primero y que genera un interesante debate tras verla, y seguida del Premio de la Crítica de Oro, The eyes of my mother, que ya nos fascinó en Sitges y que ha reafirmado su apuesta como mejor película de terror puro y duro de dos mil dieciséis. Y mucho miedo nos ha dado nuestra tercera favorita, Kristen, que junto a La autopsia de Jane Doe son los largometrajes que peor nos lo han hecho pasar.
En cuarta posición pondríamos el premio del público, Train to Busan, de la cual todo el mundo ya conoce sus virtudes, aunque menos conocidas son We go on y The Unseen, con guiones sumamente originales aunque no nos asustaron como otras. Destacar otras menos conocidas pero que merecen ser vistas como Lake Bodom, Tear me apart, K-Shop, Under the shadow y como no, El extraño. Incluso las que menos nos han gustado no nos han dejado indiferentes, como I am not a serial killer, ganadora de tres premios, que goza de grandes actuaciones y que todo el mundo debería ver.
Pero lo mejor de todo, además de las actividades paralelas, concursos, performances, regalos, maratón de doce horas, pases de cortos, cápsulas de teletransporte etc. es la magnífica organización y la gente que forma el equipo de Terrrormolins, personas que cada año se dejan la piel para que este terrorífico festival siga creciendo y para que público y prensa nos sintamos como en casa cada vez que entramos en el Teatro de La Peni, donde todas nuestras penas y preocupaciones quedan en un segundo plano para dejarnos absorber por una gran pantalla que queremos que nos lo haga pasar realmente mal.
¡Nos vemos el año que viene en Terrormolins 2017!