Té
La historia cuenta que fue el emperador chino Shen Nung quien lo descubrió hace casi 5.000 años. Un día, el emperador dormía a la sombra de un arbusto mientras hervía agua, cuando unas hojas de ese árbol cayeron de manera casual en el agua. Shen Nung lo probó y se sintió reconfortado, así que mandó plantar semillas de ese árbol silvestre. Y así nació el té.
Planta de té verde
En la actualidad existen seis tipos de té: blanco, amarillo, rojo, verde, oolong y negro. Cada uno tiene unas propiedades distintas y un origen diferente, pero todos surgen de una misma planta: Camellia sinensis.
Beber té verde antes de acostarse permite quemar calorías mientras duermes. Además ayuda a mantener la buena salud del sistema nervioso.
Té verde
El té negro reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, tiene efecto diurético y relaja los músculos de los bronquiolos, de modo que mejora la respiración.
El té blanco es una variedad especial, no muy conocida en Occidente. Se elabora con los brotes más jóvenes de la planta. Tiene un sabor muy delicado y suave. El té blanco es capaz de prevenir el envejecimiento de los tejidos, mejorar el nivel de colesterol en sangre y reducir el riesgo de sufrir cáncer.
Té negro
El té oolong, también llamado Wulong o té azul, tiene un sabor muy particular y agradable. Resulta muy útil para reducir el riesgo de infarto y bajar de peso.
El té rojo es el famoso quemagrasas. De sabor terroso y fuerte, tiene efecto diurético, ayuda a eliminar líquidos y a mejorar la digestión.
Té rojo
Más allá de los beneficios saludables del té, éste también sirve para limpiar los muebles de madera o como tónico facial. Por si esto fuera poco, las bolsas de té secas absorben el olor desagradable de los zapatos.
Por cierto, Da Hong Pao, el considerado mejor té del mundo, cuesta 1.500 dólares el kilo. ¡Una auténtica ganga! Y a ti, ¿cuál es el que más te gusta?