El amor propio, es un termino que parece estar de moda últimamente, con cierta frecuencia se malinterpreta como una forma de comprar un capricho, ya sea la botella de vino favorita, tomar un baño de burbujas y mimarse. El amor propio y el cuidado personal no son sinónimos, ni si quiera se acercan.
El amor propio en su forma más básica es encontrarte a ti mismo debajo de todas las capas de condicionamiento, influencia externa, autocrítica, muros aprendidos e inconscientes que se han construido para descubrir quién eres realmente, para finalmente amar realmente a esa persona, amarte a ti. Una de las reglas más inquebrantables es saber con quien rodearte y sobre todo, tener la capacidad de seleccionar, algo que podemos leer en Deja ir a la gente que no está lista para amarte de Anthony Hopkins.
El amor se filtra en todo lo que hacemos, sentimos y decimos. Entonces, ¿qué pasa cuando falta este amor por nosotros mismos? En pocas palabras, no podemos experimentar el amor hasta que aprendamos a extendernos el amor a nosotros mismos primero, es decir, si no te amas, no sabrás amar aunque creas amar.
No podemos conocer a otra persona profundamente hasta que seamos honestos con nosotros mismos y elijamos encontrarnos y conocernos a nosotros mismos. No podemos ser la mejor versión de nosotros mismos hasta que curemos las cosas que nos retienen o nos hacen sentir indignos del amor que damos tan libremente.
Averigua quién eres realmente, busca en lugares adecuados como puede ser en el blog de Amor Amor y sobre todo, no seas la versión que eres frente a tus padres, no la versión que eres frente a tus amigos, no la versión que eres en el trabajo, en los negocios o incluso con tu pareja, sino el verdadero tú. , es la clave para una vida plena y feliz.
Saberse amar es imprescindible
Una vez que aprendes a amarte a ti mismo, ya no necesitará la aprobación de los demás. Dejas de buscar el amor fuera de ti mismo y concentras tu energía en quién eres y aquello qué te hace realmente feliz. Este es un trabajo duro, cuesta y mucho, pero cuando logras hacerlo, te cambia la vida.Imagina cuánta energía gastamos cada día siendo algo para alguien, cuánto tiempo pasamos mirándonos a nosotros mismos, comparándonos y avergonzándonos de no ser lo que pensamos que somos que deberíamos ser.
Ahora imagina un día en el que concentres tus energías en ti mismo, nutriendo a tu niño interior que tiene heridas que has reprimido, amas las partes de ti que no están del todo curadas, no te admiras solo por tu belleza, sino a través de tu fuerza.
Y, por una vez puede comunicar exactamente cómo se siente sin tener que temer ser juzgado o arruinar la fachada perfecta que ha construido con tanta delicadeza. Eso es amor propio. Y eso puede ser la diferencia entre ser o no ser feliz.
En definitiva, una vez aprendes a saber amarte, desarrollas a nivel psicológico algo así como un superpoder y hace que en todos los campos de tu vida, ganes. La forma en la que ves el mundo, cambia. La forma en la que te ven, cambia. Lo que obtienes, es lo que mereces y lo que no tienes, simplemente no te merece.
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