Autor: R.L Mathewson
Editorial: Auto- publicado
Formato: Kindle
Publicación: Agosto 2011
Zoe está acostumbrada a cuidar de sí misma y ha aceptado hace ya tiempo que si algo iba a pasar, le sucedería a ella. Así que cuando pierde su trabajo por algo con lo que la mayoría de los jefes probablemente estarían contentos, su vida empieza a ir cuesta abajo y desde entonces no espera que mejore.
Ciertamente no esperaba ninguna ayuda del ruidoso patán de al lado, pero pensándolo bien no tiene nada que perder por lo que pone su confianza y esperanzas para mejor en él. Lo que no esperaba era la oportunidad única en la vida que él le ofrece a través de un acuerdo donde ambos se benefician y se supone nadie saldrá herido, pero ella debería haberlo sabido mejor porque su suerte nunca ha sido tan buena.
Como la mayoría de los Bradfords, Trevor tiene una debilidad por la comida, pero eso es todo. Lleva una vida bastante sencilla y le gusta mantener las cosas simples y eso incluye las relaciones. Quiere una mujer perfecta y sabe exactamente cómo será. Así que cuando descubre para su horror que está pensando en su desaliñada vecina decide que la mejor manera para sacarla directamente de su sistema. La mantendrá cerca, pero solo hasta que encuentre la perfección.
Tenía meses esperando tener la oportunidad para leer este libro, y la verdad es que creo que todos esos meses siendo distraída por otros libros valieron la pena. Amé completamente el libro.
Zoe tiene la peor suerte del mundo. En serio, creo que nunca había leído un personaje con tan mala suerte, al menos en las primeras páginas. Primero descubre un robo en su trabajo que hace que la despidan, luego su auto decide dañarse, sus tacones se rompen y su vecino molesto le roba nuevamente la plaza del estacionamiento. Zoe está completamente hastiada de su ruidoso vecino, pero tres años de ser oprimida por sus jefes hacen que se mantenga callada… hasta que su vecino roba su pizza.
Trevor como todos los Bradford tiene una extraña y a la vez adorable obsesión con la comida. Es frívolo y superficial a más no poder pero también tiene un lado amable, ese que lo empuja a ayudar a Zoe cuando la ve en apuros (Aunque lo hace por razones egoístas al principio). Después del robo de la pizza ambos llegan a un acuerdo que termina en una pequeña amistad y de ahí a algo más.
Me encantan las historias de R.L Mathewson porque aunque son sencillas siempre son divertidas, sus personajes tienen personalidades locas y pequeñas manías raras. Los Bradford siempre serán mis favoritos de estos libros pero debo decir que Zoe me encanto, incluso un poco más que Hayle, probablemente porque la sentí un poco más real.
No es el típico personaje súper sexy del cual el protagonista no puede apartar los ojos, ella es gordita, bajita y aunque en la mayoría de las ocasiones es fuerte, tiene un lado inseguro por todos los años de abuso que ha sufrido por su sobrepeso. Eso hace que la quiera. Y me gusta su relación con Trevor, aunque este al principio se comporta como un idiota con ella, el poco a poco va cambiando y dándose cuenta de lo mucho que Zoe le importa. Al final, hace lo que todos los hombres de su familia mejor saben hacer (Y no hablo de comer) mete la pata, por fortuna lo corrige de manera adorable.
Mathewson me sigue sorprendiendo con sus personajes y sus historias cuando leí Playing for keeps hace más de un año nunca espera que me gustaran tanto. Pero una vez que conoces a los Bradford no puedes simplemente no quererlos.
El final de la historia me encanto, fue bastante típico de esta disparatada familia, lleno de diversión, amor y mucha locura. Definitivamente Perfection es una historia que vale la pena leer.
R.L. Mathewson nació y creció en Massachusetts. Es conocida por su buen humor, su rápido ingenio y su habilidad para escribir personajes realistas con los que los lectores se pueden identificar.
Mientras crecía R.L. Mathewson fue dolorosamente tímida y era conocida por esconderse detrás de un libro o dos. Después de la universidad, trabajó como botones, cocinera de comida rápida y enpleada de un museo, hasta que decidió tomar un curso de Técnico en Emergencias Médicas y el trabajar en esta profesión la ayudó a superar su timidez así como también le dejó recuerdos mas bien perturbadores que de cuando en cuando aparecen en sus libros. Cuando una lesión en la espalda la dejó incapacitada para trabajar, comenzó a trabajar en un asilo, solo para descubrir que simplemente ya no tiene estómago para este tipo de trabajo.
Actualmente R.L. Mathewson es madre soltera de dos niños que la mantienen alerta y que disfrutan al asustarla con sus travesuras. Tiene una pequeña adicción a las novelas románticas así como una gran adicción al chocolate caliente (en un día perfecto combina las dos).
Cuando no está escribiendo, está jugando Scrabble en línea, coloreando con sus niños o tratando de averiguar como sus hijos se las ingeniaron para poner marcas de pisadas con pudin de chocolate en el techo.
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