Pequeña canguro
Karen y los patines nuevos
Katy Farina
Querido diario:
Quiero dar las gracias a la editorial Maeva Young por este ejemplar.
Sinopsis:
La segunda aventura de Karen, la hermanastra de Kristy, presidenta de El Club de las Canguro
¡Va a ser un gran fin de semana! Karen tiene patines nuevos y es muy buena patinadora. ¡Está ansiosa por probarlos! Pero, ¡oh, no! Karen se cae y la llevan al hospital. ¡Se ha roto la muñeca!
Tienen que ponerle una escayola, menos mal que se le ha ocurrido una idea: ha decidido pedir a todo el mundo que conoce que se la firmen, incluso a alguna vecina con pinta de bruja... No va a ser fácil, pero no se rendirá hasta conseguir que sea la escayola más chula del cole.
Seguro que recuerdas la primera parte de esta nueva serie: Karen y la bruja ¡pues volvemos con más y yo feliz!
¡Es tan bonita! Karen es una niña de 7 años muy especial, pero no deja de ser una niña. Es muy activa, tiene una imaginación desbordante y poco a poco va aprendiendo cosas nuevas, perdiendo miedos y espero que, a lo largo de esta serie la vayamos viendo hacerse mayor.
La premisa es que se ha roto una muñeca patinando, acaba con una escayola que le ponen en el hospital y acaba siendo un fin de semana espectacular. Recuerdo que cuando era pequeña, una escayola podía ser el acontecimiento del año, siendo adulto ni se te ocurriría romperte un brazo pero cuando vas al cole, que todos te firmen la escayola es lo más guay que existe.
Otro niño del cole también se ha roto la pierna y lleva la escayola llena de dedicatorias así que, Karen empieza a competir, sobre todo consigo misma. Es una niña muy decidida y sociable. La autora introduce muchos elementos que podemos valorar como las dos familias fruto del divorcio de sus padres, la multiculturalidad que se refleja en las ilustraciones, el amor por los animales... Y tiene un tinte retro con el camión de los helado que hará que no solo guste a los pequeños de la casa.
A los adultos se nos olvida muy fácilmente lo que es ser un niño y a menudo recordamos los tiempos pasados de forma diferente. Así que, si eres educador o tienes niños en casa, te invito a que tomes estas novelas gráficas y disfrutes también de ellas, te llevarán un ratito y recordarás aquéllos tiempos. Es una muy buena forma de acercarte al pequeño lector de la casa y ver el mundo con sus ojos.
Dicho esto, espero traer la tercera parte muy pronto, ya sabéis que soy una enamorada de la novela gráfica y que Maeva nunca me decepciona. ¡Sed felices, yo invito!