Al igual que yo, muchos de vosotros recordareis ir de niños al cine a disfrutar del estreno de una película de Pixar titulada Buscando a Nemo. Y aunque nos parezca mentira (e incluso nos cueste reconocerlo) ya han pasado 13 años desde aquello.
Esta productora ya nos había dado maravillas como Toystory, Toystory 2 y Monstruos S.A. y todos acudimos al cine con ilusión esperando encontrar algo del mismo nivel, y Pixar no nos decepcionó. Vamos a recordarla juntos.
BUSCANDO A NEMO
Al estilo Disney, Buscando a Nemo empezaba planteándonos una tragedia familiar en la que Marlin y Coral son atacados por una barracuda al tratar de proteger a sus huevos de ésta. Cuando Marlin intenta enfrentarse a ella, queda inconsciente encontrándose al despertar con que su mujer y sus futuros hijos han desaparecido, únicamente quedando un pequeño huevo dañado, Nemo.
Cuando nuestro querido Nemo crece y empieza el colegio, harto de un padre demasiado protector, decide demostrar que su aleta dañada no le impide hacer lo que cualquier otro pez haría, con tan mala suerte que es capturado por un buceador (no me negareis que en este momento se os encogió el corazón y agarrasteis a vuestros padres muy fuerte).
En su persecución del bote que se ha llevado a su hijo, Marlin se topa con un pez que rápido se hizo un hueco en el corazón de todos los espectadores, Dory, quien sufre pérdidas de memoria a corto plazo. De aquí en adelante vemos dos historias paralelas, la primera nos muestra las divertidísimas aventuras de Marlin y Dory en su búsqueda y a los muchos personajes con los que se encuentran por el camino: tres tiburones vegetarianos, un horroroso pez abisal que se los quiere merendar, las tortugas marinas que les ayudan a llegar hasta Sidney y el pelícano que finalmente les lleva hasta Nemo.
Por otro lado tenemos a Nemo, al que han metido en una pecera en un dentista y que, con la ayuda de sus nuevos y curiosos (y trastornados) compañeros de acuario, tratará de escapar de un espantoso destino: Darla, la terrorífica sobrina del dentista (a la que todos hemos temido y odiado a la vez).
Esta película ya era perfecta por sí sola sin necesidad de una segunda parte. Y por ese motivo estaba bastante reticente ante el inminente estreno de Buscando a Dory. Pues bien, una vez más, y como empieza a ser costumbre con mi desconfianza, tengo que tragarme mis palabras.
Mi nota Buscando a Nemo: 8,5
BUSCANDO A DORY
Como muchos sabréis ya por el incesante bombardeo de trailers e información que anda suelta por internet esta película trata sobre la búsqueda de la familia de Dory. Y si no quieres saber más no sigas leyendo, porque es muy probable que haya derramado algún SPOILER sobre el teclado al escribir los siguientes párrafos.
Buscando a Dory no solo nos ha hecho reír, nos ha enternecido a todos porque desde el principio te muestran una miniDory con unos ojos comparables a los del Gato con botas. Sus pérdidas de memoria pasan de ser divertidas a emotivas y tiernas, si antes había entrado en nuestros corazones ahora nos lo ha arrebatado por completo. Se nos muestra una Dory vulnerable, perdida y que se encuentra sola, vemos cómo pasa su vida sin poder entablar amistad con nadie y sin lograr encontrar a su familia mientras la va olvidando cada vez más (no se a vosotros, pero no puedo evitar que se me escape una lagrimita).
Todo empieza cuando tiene un flashback que le hace recordad que tiene una familia y ahí inicia un viaje junto a Marlin yNemo en busca de sus padres. Si, la dinámica de la película es la misma, lo sé, pero ¿qué esperabais? Se llama Buscando a Dory, digo yo que eso nos tenía que dar una pista… Como contrapartida a su favor nos muestra nuevos personajes, nuevos escenarios y nuevas bromas que nos van a volver a hacer reír.
Esta vez la historia se desarrolla en su mayor parte en el Instituto de Biología Marina de California y se divide menos, casi todo el tiempo nuestros tres protagonistas están juntos y el poco que pasan separados el protagonismo de Marlin y Nemo es bastante pobre, lo que puede llegar a hacer un poco pesado aguantar a Dory tanto tiempo.
Como he dicho, en esta película cambiamos a los tiburones y las tortugas marinas por nuevos personajes, vamos a hablar un poco de ellos.
El primero con el que Dory se encuentra dentro del Instituto es Hank, un pulpo un poco seco y obsesionado con pasar su vida en un acuario sin tener relación ni sufrir por nadie. Acabará ayudando a nuestra querida protagonista en su búsqueda familiar.
Con su ayuda, llega hasta Destiny, una tiburónballena miope que resulta ser una vieja amiga de la infancia de Dory; y hasta Bailey, una ballena bluga un poco hipocondríaco que está encabezonado en que su ecolocalicación no funciona.
La pareja anterior queda un poco eclipsada para optar al premio del dúo cómico de la película por los leones marinos Rudder y Fluke, quienes además ayudan a Marlin y Nemo a llegar hasta Dory proporcionándoles el transporte más fiable posible, Becky, que es un claro ejemplo de que las apariencias engañan (a veces).
Finalmente tenemos a Charlie y Jenny, los padres de Dory, quienes no han perdido la esperanza durante años en que su adorada hija volverá a encontrarlos.
No vamos a decir que es igual de buena, porque estaríamos mintiendo, pero no ha destrozado la primera, han logrado enlazarlas con mucha clase y sin hacerlas repetitiva. Los personajes que vuelven a aparecer en esta segunda película lo han hecho de forma breve, lo suficiente como para crear esa sensación de nostalgia en el espectador. Sin embargo, al ser historias distintas y no depender la una de la otra, me aventuraría a decir que podemos disfrutarla incluso sin ver la anterior.
Mi nota Buscando a Dory: 7
Para terminar solo me queda una petición a los señores dueños de los cines: necesitamos que regalen un paquete de kleenex con la entrada para poder soportar ese detalle tan tiernísimo que tienen los padres de Dory indicándole con conchas el camino de vuelta a casa durante tantos años. Y otro paquete para cuando recordemos esa escena también, por favor.
Por @Polichineva