No pienso engañarte:
no soy perfecta,
eso es más que evidente.
Pero sin embargo,
desde que te conozco...
Mi deseo no es otro
que al menos tú así,
por un instante,
me veas...
Me maquillo,
me engalano y subo a mis
mejores tacones con el
único propósito de
impactarte hasta
que te quedes ciego
de tanto mirarme.
En cualquiera de nuestras
pasadas, presentes y ,espero,
venideras conversaciones...
Derrocharé mis mejores
artimañas intelectuales.
Compartiré contigo
todo aquello que considere
valeroso de sorprenderte
hasta que se te disloque
la mandíbula de tanto
admirarme.
Con todo ello espero poder
disimular u endulzar
mis más funestos defectos,
indestructibles manías
o inquebrantables
pensamientos.
Prometerte amor eterno
y al menos por un momento cautivarte.
Con el firme convencimiento de que,
tarde o temprano,
puede que cuando se ponga feo,
de alguna u otra forma,
todo esto no va a hacer
otra cosa más que compensarte.
Para que entonces no haga falta
susurrarte con la mirada esas palabras
que mis manos no dejan de repetir:
"Quédate conmigo".