Esta máxima o locución latina fue creación del poeta de origen romano Horacio, un prolífico rapsoda (recitador o pregonero ambulante). Aunque la expresión Carpe Diem suele nombrarse sola, pertenece a un refrán presente en las Odas I,11,8.
“Carpe diem, quam minimum credula postero” – Aprovecha el día y no confíes en el mañana.
El proverbio latino puede verse también en el refranero español en frases como “vive cada día como si fuese el último” o “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy“. Es uno de los dichos más reconocibles de la literatura universal en periodos como el Renacimiento o el Romanticismo, donde se invitaba a vivir la vida sin preocuparse del futuro por el temor a una muerte prematura.
A lo largo de la historia, el dicho ha evolucionado y en ocasiones se ha interpretado como un mensaje negativo, por incitar a vivir de manera desenfrenada sin pensar en las consecuencias. Y además de aparecer en numerosas obras literarias, la expresión Carpe Diem ha sido utilizada también en el séptimo arte, en películas como El club de los poetas muertos (1989), cinta protagonizada por el entrañable Robin Williams. Es de hecho una de sus inolvidables películas, en la que encarna a un profesor de literatura que enseña a sus alumnos el significado de la locución, sin que los docentes se tomen la expresión al pie de la letra, sino mediante el uso de la razón, con inteligencia y siendo responsables de sus actos.