Inicialmente lo escuchamos cuando Sabrina planea con sus amigas crear un grupo de apoyo entre mujeres estudiantes al que llaman WICCA (Womens Intersectional Cultural and Creative Association).
El nombre es un guiño al culto Wicca, vinculada con la brujería y otras religiones antiguas.
Al explicarlo a sus tías, dice que las reuniones de ese grupo serán aquelarres.
¿O sea?
El aquelarre es una junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para sus prácticas mágicas o supersticiosas, define la RAE.
Según se ha documentado, en la Edad Media y hasta el siglo XVIII se decía que los aquelarres eran reuniones de brujas y brujos en las que rendían culto a Satanás.
Frecuentemente representado como una cabra, las historias contaban que hombres y mujeres visitaban el bosque por las noches para adorar al diablo, danzar, aprender artes oscuras de hechicería, embriagarse, disfrutar de un banquete y tener sexo en grupo.
(No sé, suena a una gran fiesta)
De acuerdo con historiadores modernos, los aquelarres eran reuniones estacionales a las que convocaban a multitudes; atraían a los descontentos pero también mejoraban los lazos entre las aldeas y establecía parámetros de solidaridad y autonomía entre los y las campesinas.
La iglesia, que controlaba todo en ese entonces, no veía esos mítines y convenció a los fieles de que eran reuniones del diablo.
El significado actual de aquelarre
Actualmente, algunos grupos feministas han retomado el término de brujas por lo que históricamente han representado: mujeres rebeldes que aprendieron cosas que "no debían", que se reunían, exploraban y protestaban.
Si no estaban casadas, eran brujas; si no tenían brujos, eran brujas; si eran demasiado provocativas eran brujas; si eran "feas", eran brujas; si salían de noche, eran brujas.
Y si eras bruja, te mataban. Suena a un gran mecanismo de control, ¿cierto?
"Las brujas feministas modernas reivindican a las que las precedieron como víctimas del
patriarcado y recrean una espiritualidad basada en las tradiciones matrísticas precristianas", explica el colectivo Juana Julia Guzmán en su cartilla feminista Aquelarre... el encuentro de las brujas.
El nuevo auge de la brujería o de las brujas se explica desde el feminismo. Nosotras creemos que es muy bonito.