PLEGARIA DE UN SIRIO
Quién pudiera gozar cada mañana
del sol que nace para dar la vida,
mirar a lo alto y ver volar las aves,
bajar la vista y contemplar el mar.
Sentir del viento su afinado silbo,
la música del niño cuando ríe,
el canto de la tórtola que arrulla,
o inhalar el perfume de la rosa.
Qué pecado, Señor, he cometido
que has cambiado mi día por la noche,
el sol cada mañana nace muerto
y sólo escucho el llanto de la tierra.
Me fustiga ese cielo entre cenizas
por el que sólo vuelan los aviones
cargados de odio en forma de misiles
y de bombas que todo lo destruyen.
Dime ¡oh Dios! qué pecado he cometido,
que has trocado mi mar por los escombros,
el viento ya no silba, son las balas
y la rosa tan solo apesta a pólvora.
Acuérdate que en medio de estas ruinas,
por vivir se desvive un hijo tuyo
que sufre, que padece, que se muere
¡Oh Señor!... ¿Por qué me has abandonado?
JJRME (Terly)