Perfiles: Vanessa Torres Alvarez

!La vida sin dulce, no puede llamarse Vida!



Mi nombre es Vanessa Torres Álvarez Y, me siento totalmente orgullosa de mi tierra.
La historia inicia en la vereda Travesías del corregimiento de San Cristóbal, donde nací y crecí, en medio de sembrados y cultivos, haciendo torticas de barro con mis primas. Ahora tengo 29 años. Vivo con mi bebé quien es el motor de mi vida, y con mi esposo quien me ha apoyado mucho en este proceso.
San Cristóbal es un paraíso, un mirador.

Nos podemos acostar en las mangas a mirar las nubes y/o las estrellas, ir a "tirar charco" en El Llano, o bien ir al parque para encontrarnos al campesino de poncho y carriel.

Siempre digo que debemos amar el lugar donde vivimos. Muchas personas solo ven a San Cristóbal como Feo, Frío y Faldudo, como dicen por ahí de Manizales. Para mi es un territorio mágico, lleno de gente bella y amable, de campesinos hermosos.

Aquí tenemos lo que necesitamos.

En la ciudad tu no puedes ir a la finquita de un vecino a que te regalen cebolla y cilantro, o intercambiarlos por tomates. A comprar huevos,legumbres o un pollo fresco. Cultivados con amor y por personas que tu conoces.

El aire que se respira es un regalo del cielo. En tanto que la ciudad esta llena de calor sofocante, de bullicio.
A mi si me dan a escoger entre una casa lujosa en Medellin o una sencilla en el campo, escojo el campo. Aquí me crié tirándome en cartones por las mangas, cogiendo grillos y gusanos, para hacer tortas de barro rellenas !siendo feliz!

Mi papá por ejemplo es agricultor y, todo lo que nos dio, nuestro sustento lo sacó de la tierra.

Desde pequeñas nos vamos identificando con nuestra vocación.

No fui tan dedicada con el estudio, muchas cosas las dejé empezadas, hasta que mi papá me dijo: ya no le doy más estudio.

Yo había incursionado en muchos saberes, estudié dos semestres de mecanica de carros, tambien elaboración de calzado en el SENA ,al principio me emocionaba porque me encanta crear, diseñar, pero luego no me gustaba ese trabajo como de tanta fuerza física.

Ingrese con apoyo de la Alcaldía de Medellin al programa Jóvenes por la Vida allí me capacite en Recurso Humanos. Para entonces yo cantaba en una orquesta de barrio, y me ofrecí a cantar en la clausura del programa; me pidieron una audición, la envie y me seleccionaron, cante una canción de Jesse & Joy ( un dúo mexicano de pop latino), eso fue en el año 2016.



Como me hice pastelera.

Recuerdo que cuando era pequeña, veía a mi abuela hacer muchas arepas, torticas y galleticas, me fascinaba verla en su oficio, y me encantaba comer todo lo que hacía. Aún hoy todo lo que ella hace de repostería le queda delicioso; ahora no trabaja mucho porque esta agobiada por los años. Mi otra abuela también hace tamales y cocina rico.

Fui creciendo y perdí ese amor por la cocina. Empecé mi recorrido por el mundo, por los bailes, el licor, tuve una época que me desordene mucho; por fortuna mi papá y mi mamá estuvieron ahí para ayudarme a retomar el camino.

Y, llegó Martín a mi vida.

Conocí a Juan (mi esposo), nos enamoramos, llevábamos seis meses viviendo juntos cuando quede embarazada de Martín, entonces Juan me dijo: yo no quiero que el niño nazca por fuera de algo legalmente establecido y me pidió matrimonio. Nos casamos el 1 de octubre de 2017.
Nació Martín y Juan me dijo: Amor yo necesito que trabajemos los dos, la situación económica esta muy dura, hay que buscar otras fuentes de ingreso, buscamos quien cuide al bebé y consigues un trabajo asi sea medio tiempo.



Yo miraba a mi bebé y pensaba: cómo voy a dejar mi hijo tan pequeño, y perderme todos los bonitos momentos del que pienso va ha ser mi único hijo (Ahora la situación social no esta como para tener más hijos). Quiero disfrutar cada uno de sus momentos y que el me tenga a su lado. Y bueno las mujeres ahora contamos con la posibilidad de planear esos asuntos de la vida. No como le tocó a nuestras abuelas.

Pensando en cómo resolver la situación, recuerdo que un día tenía a mi bebé en las piernas y me puse a jugar con él; lo veía reírse, ser feliz y, me puse a llorar y dije: !Dios mío ayúdame! ¿que me pongo a hacer?

Fue cuando recordé que yo tenía una receta de un Budín de Pan, cogí la receta, le hice unos arreglos y prepare el budín a mi estilo. Se lo lleve a mis suegros, les pedí que lo probaran. A ellos les encantó.

Entonces le sugerí a mi esposo que ofreciera budines en la empresa donde trabajaba. La primera venta fue de treinta deliciosos Budines.

Eso me motivó; fui incursionando en más sabores, de maracuyá, de chocolate, de arequipe, y todo hecho por mi, desde las mermeladas hasta los budines. Eso fue la sensación.



El 22 de abril Martín cumplía su primer añito, y le hice una torta cuyo motivo fue El principito, hice cupcakes. Fue mi primer trabajo de pasteleria, !todo quedo hermoso!

Yo si había estudiado algo de gastronomía, pero solo llegue hasta comidas tipicas colombianas, nunca había estudiado repostería.

El día del cumpleaños de mi mamá le hice una torta con un ramo de flores de mantequilla, !ella feliz! me dijo: Vanessa eso es lo suyo.

Fue asi como inicie mi carrera de Pastelera.


Ahora he incursionado en Repostería y estoy aprendiendo a moldear con chocolate.

El año pasado por ejemplo participe en un concurso de repostería a nivel nacional, la temática era mundo de fantasía. Ocupe el cuarto lugar.

La torta fue de chocolate con frutos rojos y gustó mucho el sabor.



Lo triste es que a veces la gente no valora el trabajo, eso me ha costado lágrimas.

Hay tortas tan elaboradas que me llevan dos días completos haciendo solo la decoración, son muchas horas de esfuerzo, para llegar a un producto final.

Pero bueno, es el aprendizaje de este sueño.


Me gusta ser minuciosa en mi trabajo, y garantizar un buen producto.

No uso aditivos, ni conservantes, las frutas son frescas, los rellenos los preparo yo misma, el fondant lo hago la noche anterior.
Trabajo con la mejor harina que hay en el mercado, deja como resultado una torta suavecita.
Mis productos son gourmet, tengo amplio catálogo de sabores, coberturas y rellenos.





Mi rutina

Me levanto le doy el desayuno a Martín y, me pongo a hacer las mezclas de las tortas, a veces. La mayoría debo levantarme a las cuatro de la mañana antes de que se despierte, y terminar el trabajo después de las nueve de la noche, cuando el bebé se va a dormir.

Siempre entrego el dia anterior a lo pactado, por lo que pueda suceder, un imprevisto poder solucionarlo.

Mi gran sueño es:

Fundar una reposteria, pasteleria y chocolateria. Y, darle empleo a las madres cabezas de hogar.

Tener una pastelería donde se pueda ofrecer un espacio para que las madres puedan llevar a sus hijos y que sean cuidados.

También darle empleo a las mujeres mayores, impulsarlas a que conserven su espíritu Joven.

Que seamos de ayuda mutua, las mayores con sus saberes, las jóvenes con su energía.

Concluyo diciendo que:
!El Chocolate es alegría, es amor !





Este es el resultado de mi palabreo con nuestra talentosa y bella Pastelera, Repostera.

Gracias por abrirnos tu dulce Alma

Con amor: Elena L.







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