Perfiles Celina Correa/ Flóres de San Cristóbal.

Todo en la vida se cumple, desde un detalle hasta grandes sueños,
Solo basta creer.



Hola, me llamo Celina Correa y nací en la vereda El Llano, del corregimiento de San Cristóbal, Medellín.

Vengo de una familia campesina, compuesta por: papá, mamá y ocho hijos, cinco mujeres(De las cuales soy la menor) y tres hombres.

En Nuestro hogar nos enseñaron a ganarnos la vida con el trabajo, a esforzarnos por lo que quisiéramos.
Mi mamá una guerrera, la mujer que más he admirado, siempre buena, hasta el final de su vida.
Cuando niña ayudaba en las labores del campo, cultivaba las eras, aprendimos que había que labrar la tierra,si queríamos tener algo.

Fui una líder innata desde la cuna; a los ocho años tenía a mi cargo un grupo de niños llamado ACORDES; con ellos hacíamos campañas ecológicas en las veredas aledañas y la nuestra, recogiamos mercados para llevarle a la gente más humilde, dirigiamos recreación, ya fuera con bolas, bolinchas o cometas, carreras de encostalados y torneos, todo de acuerdo con la temporada en que estuviéramos; en febrero o Marzo "bolinchas" y "pirinolas", en Agosto época de vientos entonces venían las cometas, finalizando con la golosa (Rayuela) y los "encostalaos"





Terminé la educación primaria en la escuela rural mixta El Llano, sexto grado fui a estudiarlo a Aragón, corregimiento de Santa Rosa de Osos, pero no resistí el clima tan frío y me regrese a la tierrita.

Me prepare para hacer Misionera católica, tenia para entonces 13 años, recorría a lomo de mula todos los parajes, de una a otra vereda, bien fuera: El Yolombó, El Carmelo, San José de la Montaña, La ilusión o el Llano, hasta allá llegaba en mi mulita "la Chilindrina".
Subía por un sendero que se llamaba "La chamba”(un camino de herradura ) para llegar a la parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados. Había que sudar para llegar hasta allá, era lejos y empinado. Y, llegaba sudorosa pero feliz de hacer lo que me gustaba: las misiones y el trabajo comunitario.
Él párrocode Nuestra Señora, me esperaba y me decía: llego "La bandida de las 7 espuelas", o "La potra Zaina" él se admiraba de mi dedicación para la labor.
Cumplí 15 años y me dieron la custodia el grupo Juvenil, nos reuníamos los sábados en la tarde para "Tertuliar", allí participaban papás e hijos, la idea era que los niños escucharan las historias de los mayores. Los jovenes se dedicaban canciones, todos aprovechaban el desorden para enamorarse. Fue la época del "playboy".

Participando en esas actividades, Un Día del Mes deJulio de 1986, Nos Llevaron a ver al papa Juan Pablo II. Recuerdo que hicieron un concurso de carteleras con los mejores mensajes al Papa y, mi cartelera fue la ganadora, el premio que me dieron fue una biblia que todavía la conservo.

Trabajé mucho tiempo ayudando a construir la parroquia de San José de la Montaña, más adelante, cuando se planeo la construcción de la capilla en el Llano, me nombraron secretaria del comité pro capilla, eramos cinco hombre y yo. Trabajamos duro, organizábamos festivales, bingos,etc; para la época yo era la reina de la Soliraridad, recuerdo que remataban los bailes con la reina; daban hasta 35 mil pesos por una pieza de baile, que para la época era mucho dinero.


En 1989, en compañia de Beatriz Vélez y Rosa María (compañeras y amigas) nos dimos a la tarea de escribir la historia de cómo nació el Llano; participamos en el concurso "La historia de mi región" y luego en la feria de la ciencia, ganamos ambos, primer lugar a nivel nacional, gracias a ello nos dieron el aval del colegio el Llano y, habilitaron grados Decimo y Once.
Desde muy pequeña me gusto estudiar, mi sueño era estudiar Derecho, entonces desde siempre mi padre me apodó "la doctorcita"


Los ires y venires de la vida y mi que hacer comunitario, me llevaron a ganarme una beca en la Pontifica Bolivariana, allí terminé mi secundaria. Era complejo el transporte hasta la vereda en horas de la noche y me fuí a vivir a Medellín. Fueron los días de los carro bombas que explotaban por todos lados, la época de Pablo Escobar y los enfrentamientos en los barrios, la guerra estaba en las calles, era la constante diaria, en ese tiempo mataron a Pizarro.

No sabíamos donde podía estallar una bomba y todo ese cuento, entonces a mi mamá le dio mucho miedo y me hizo regresar a casa.
Pese a todo seguí estudiante con el gran orgullo de ser una campesina que llega a estudiar a Bolivariana. Salí con muy buen rendimiento académico y como representante de un movimiento que se llamaba JULY(Jóvenes unidos luchando por un mismo ideal) y cuando me gradué me dieron mención de honor por llegar desde la escases a un colegio de mucha demanda. E ingresé el primer año de Derecho, dado que la Universidad me ofertaba media beca, solo hice el primer año de Derecho en Bolivariana, la ecomia no alcanzaba en ese entonces para cubrir los gastos. En el segundo año me pase para la universidad Autónoma buscando abaratar costos.
Entonces... me enamoré, me case, y quedé embarazada, hasta ahí llego mi carrera. Mi filosofía de vida no era dejar a mi hijo por mis sueños.

Con mi esposo y mi hijo, viajamos a Villavicencio, allí trabajé en una Cooperativa financiera, luego fuí secretaria en una Floristería. Allí aprendí a hacer arreglos florales ensayando lo que veía.
Un día, le propuse al párroco de la iglesia hacer la decorarción, el confió en mí me dioun dinero, yo compré flores e hice los arreglos; le gusto tanto que cada semana me buscaba para que le pusiera la iglesia bonita.



Pasados unos tres meses, estaba decorando iglesias, matrimonios, aniversarios y fiestas de quince años. Hasta llegar a decorar en el club Villavicencio, se abrieron puertas grandes.
En Villavicencio tuve mi primer floristería, úbicada al lado de la Iglesia.
Con mi sueño de crecer, aprendí a hacer porcelanicrom y empecé a enseñar a algunas mujeres, desde hacer flores, frutas, hasta recordatorios.
Me contrataban para decorar una fiesta yo les encimaba los recordatorios. Eso me daba entrada para vender y hacer más creaciones, hacía para los colegios un recordatorio con el nombre del colegio el alumno y la fecha en que se graduaba les hacía toga y personalizaba cada uno con sus rasgos, era la sensación.



En el INEM de Villavicencio, se gradúan 200 estudiantes cada año, con el producto de ese trabajo, terminamos nuestra casa. Me enamoré mucho del arte. Me recorría el llano en bicicleta vendiendo mis muñecos de porcelanicrom.
Hice el "Joropodromo" en porcelanicrom, las personitas bailando Joropo, gustaban mucho.

Después de tener a mi primer hijo, perdí siete hijos, uno de tras de otro, entonces llegó Jerónimo, fue un embarazo complejo, pero una bendición. Yo se lo habia pedido a Nuestra Señora, con mi más ferviente devoción.
Pase todo el proceso que implica ser vientre de cristal. tenía seis meses de embarazo cuando una vecina Llamada María del Carmen, se convirtió en mi ángel guardían, me cuido los tres meses restantes del embarazo y un mes después que naciera él bebé. Ella me traía cosas de su finca y viva al pendiente de mí.

Llego el momento de regresar a Medellín, vendimos todo al mejor postor y nos regresamos después de tantos años de estar lejos de mi tierra.


Yo venía con toda la ilusión después de 15 años a disfrutar a mi papá y a mi mamá, pero me encontré una triste realidad: al año de regresar a “mi tierra” se va mi mamá de este mundo, con una enfermedad tan dura como es un cáncer de páncreas. Sufrió mucho, me tocó verla morir, me dio su bendición y le cerré los ojos. Descansó de tanto sufrir en este terruño.

En el 2014 el sacerdote del Llano me dijo: será que me puede decorar el monumento de la iglesia? le lleve tres fotos, para que escogiera. El escogió una y me dijo: Celina, si me hace este monumento como esta acá, la canonizo al lado de la madre Laura, yo le dije: padre voy por esa canonización.

Dura tarea, porque las flores las regalan los campesinos, hay que trabajar con los colores que ellos lleven, improvisar, crear en el momento. Trabaje tres noches consecutivas, de día estaba en mi casa y en una tiendecita que teníamos; de noche trabajando en la Iglesia.
Fueron tres noches de arduo trabajo, él padre me miraba y me elogiaba, estaba enamorado de mi arte.
La última noche de estar decorando le conté mis sueños a él padre: Quería tener una floristería, frente a la sala de velación, al lado de la iglesia y cerca al parque; Y, él a todo me respondía: lo vas a tener Hijita.


Sucedió que una dama vio el monumento decorado y me dijo: quiero que usted me decore mi matrimonio, que será en el museo el Castillo. Ella tenía su maestra de ceremonia, de la revista "Cásate Conmigo", y le dice: usted se entiende con todo menos con la decoración. Fue un reto grande porque era temporada de Navidad y lo que yo hacía no podía interferí con la decoración Navideña que ya estaba instalada.
Ella quería que fuera con flores de las que cultivaba el papá. ¡Fue un 17 de enero del 2015, la novia entro en un carruaje blanco arrastrado por un caballo y le soltaron miles de mariposas, fue hermoso, todo parecía un cuento de hadas! Cayó un aguacero y el sacerdote dijo: ¡yo no inicio la boda hasta que dejé de llover, esto es como un cuento de hadas!

Empecé a decorar a las seis de la mañana y la boda termino a las cinco de la tarde, fue un reto grande, pero para mí fue una bendición. Éramos tres compañeras y yo trabajando; nos manda a llamar y así todas sucias disfrutamos de la fiesta. más que el dinero fue el darnos a conocer.

Me di cuenta de que Dios es el mejor patrón del mundo.



Y... el sacerdote de la parroquia de acá me llamó y me dice: ven que te tengo lo tuyo, fue para un primero de mayo,- ¿Celina te acuerdas como me dijiste que querías la floristería? !pues ahí la tienes! él fue quien gestionó todo para que yo pudiera acceder a este local donde funciona hoy Flores de San Cristóbal.
No ha sido fácil, acreditar un negocio no es tarea fácil; hay temporadas pesadas, y ha habido momentos que he tenido que ir a trabajar a otros lados para sustentar este negocio, esto ha sido una lucha constante.

La floristería la llamé Flores de san Cristóbal, de acá, de mi región. Flores de san Cristóbal, para que nunca olvidemos la tierra y sus cultivos de Flores, para que recordemos siempre que aquí nacieron los Arrieros y los Silleteros que llevaban sus cargas por el Camino Real al mercado.

En el alma tengo miles de sueños, con la certeza de que todo se cumple, desde un detalle hasta grandes sueños Solo basta creer.


¡Hay que creer, hay que luchar por tus sueños!

Sigo creyendo en la transformación, entendiendo que todo se cumple, tal vez no como lo soñamos, Si como Dios lo tiene planeado para nosotros, yo solo encuentro personas buenas en mi camino.



De mi palabreo con La bella y emprendedora Florista: Celina.

Entre café y café, sueño yrealidad, abrazos y complicidad, nos contaste tu historía.

Gracias Valiente mujer por ser referente de Lucha y confianza.

Con Amor: Elena

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