Pedro Sánchez, secretario general del PSOE
Pedro Sánchez (Madrid, 1972) es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense de Madrid y doctor en Economía y Empresa por la Universidad Camilo José Cela. Tiene un máster en Economía Política Europea y otro en Liderazgo. Sánchez se afilió al Partido Socialista "Obrero" Español con 21 años y creció en la cultura de la competición. El baloncesto le enseñó el valor del equipo por encima del individuo.
Pedro Sánchez, el primero por la izquierda, agachado con el número 11
En 2010 se enfrentó junto a Trinidad Jiménez a las primarias contra Tomás Gómez por la candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Puesto que no logró conseguir.
En enero de 2013 regresó al Congreso tras la renuncia de Cristina Narbona a su escaño. Ya en 2014 se postuló como candidato para las primarias, proceso que se precipitó tras los malos resultados del PSOE en las elecciones europeas de mayo. Apenas un mes después, se impuso a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, proclamándose de esta forma en el nuevo secretario general del partido.
Sánchez al ser elegido nuevo líder socialista
Durante la campaña fue acusado de eliminar de su biografía oficial su pertenencia a la Asamblea General de Caja Madrid durante la etapa en la que Miguel Blesa estuvo al cargo de la entidad. Época en la que Sánchez aprobó la mayor emisión de preferentes de esa caja de ahorros.
Muchos han cuestionado su viabilidad como candidato a la Moncloa, y es que a pesar de llevar poco tiempo al frente del partido acumula ya una larga lista de errores, que van desde votar a favor de la reforma del aborto a pedir la supresión del Ministerio de Defensa. Aun así, el secretario general del PSOE es experto en el arte de la rectificación.
Imborrable aquella vez que sugirió eliminar el Ministerio de Defensa. Lo que, al parecer, quería decir es que hacía falta incrementar el gasto social y reducir el militar. El líder de los socialistas también prometió realizar funerales de Estado a las víctimas del terrorismo machista. Declaraciones que modificó rápidamente. Su objetivo: que la violencia machista fuera una cuestión de Estado.
Un disparate, otro más, fue referirse a los etarras como "presos políticos". Desliz que rectificó su partido mediante una nota de prensa, y en un viaje a Soria, tuiteó y pronunció estas palabras: "Desde Soria cuna de Machado, todo mi reconocimiento al trabajo de profesores y condolencias a familiares y amigos". Sánchez no cayó en que el poeta nació en Sevilla y no en Soria. De historia y geografía, cero.
En otra ocasión se refirió a las diputadas del PP como "miembras", lo que provocó risas en el hemiciclo. El líder socialista para salir del lío dijo que era broma.
Y qué decir cuando el pasado junio pronunció un discurso en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) al resguardo de una gran bandera española para mostrar la moderación del partido. Hecho que suscitó un aluvión de críticas desde todos los partidos.
Mítin del secretario general del PSOE en Santa Coloma de Gramanet, Barcelona
Pedro Sánchez promete mejorar el reconocimiento del derecho al trabajo, la regulación actual sobre protección a las familias, actualizar y consolidar el principio de laicidad, facilitar el voto de los ciudadanos extranjeros, limitar el aforamiento de parlamentarios, prohibir las puertas giratorias, sacar del horario escolar la asignatura de religión, reformar el Senado para hacer de él una "aunténtica Cámara territorial" o derogar toda la reforma laboral del PP.
Lo cierto es que muchas de sus propuestas son las mismas que plantea Podemos, ¿por qué prometen aquello que hasta ahora no han llevado a cabo?
El que criticaba a mansalva el populismo y negaba negociar con los populistas ya no desecha la posibilidad de pactar con Ciudadanos y Podemos. Es más, busca un "programa en común" con Rivera e Iglesias tanto si gana por poco a Rajoy como si se queda cerca de él.
¿Llegará Pedro, el rectificador, a la Moncloa? La última encuesta del controvertido CIS sitúa al PSOE como segunda fuerza política. Todos se aferran al 40% de indecisos, Sánchez también.