Es salir de la carretera de Burgos y sumergirte de lleno en otros paisajes. En la vega del Jarama los campos se tornan verdes del color del trigo y amarillos de los cultivos de la colza. Los días de lluvia baja la niebla y los soleados hacen brillar las copas de los chopos junto al río.
En primavera corren los arroyos y después de una buena tormenta salta la cascada de detrás del lavadero de Patones de Arriba. Puede parecer incómodo pero los días lluviosos son nuestros preferidos para visitar este pequeño pueblo de arquitectura negra. La pizarra de sus calles y sus casas brilla más que nunca y le añaden un poco de misterio y una pizca de nostalgia.
Los montes van mudando de color… primero el amarillo de la floración de las aulagas, luego el morado del romero y el cantueso, más tarde las motitas blancas de la flor de la jara. Y siempre acompañado del sonido de los pájaros, que escucho ahora mientras escribo este post.
Para estas fechas ya hemos sacado las bicis del garaje. Pasear por los caminos de las huertas, a la sombra del centenario canal de riego de Cabarrús. Llegar hasta el río o acercarte hasta la Antigua Fábrica de Harinas. Solo, con tu perro, en pareja o con los niños… estos amplios caminos son perfectos para pasear en bici.
En nuestra casa también es el momento de volver a disfrutar del jardín. Hay varios rincones donde sentarte a leer, charlar o terminarte el café antes de comenzar a visitar otros lugares. También es una época excelente para preparar una barbacoa en el porche o llevarte un picnic al campo.
Estas son solo algunas ideas, lo mejor es pasarte por aquí y descubrirlo. Nosotros os proponemos vivir la primavera en la Sierra Norte de Madrid.
Especial agradecimiento a Cucuflash por estas preciosas fotos.
Fuente: este post proviene de Casa rural Melones, donde puedes consultar el contenido original.
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