La superficie engloba todo el impresionante glaciar Vatnajöjull, el Parque Nacional Jökulsánglúfur y el de Skaftafell.
Un parque sin precedentes
El Parque Nacional Vatnajökull es famoso por sus aguas termales, sus géiseres (surtidores intermitentes de agua caliente y vapor) y sus volcanes activos, pero también por sus impresionantes cuevas de hielo cristalinas.
Las cavernas de hielo están ubicadas debajo del glaciar Vatnajökull -el más grande de Islandia- y son el perfecto ejemplo de una interrelación de hielo y agua. Algunas de las cuevas son prístinas y han permanecido sin ser tocadas durante mil años.
La falta de aire en el hielo es una muestra de que toda la luz visible se absorbe, con la excepción de la fracción azul que crea colores impresionantes.
Pero en 2008, Islandia lanzó un proyecto de conservación de la naturaleza sin precedentes con la creación del Parque Nacional de Vatnajökull, de 12.000 kilómetros cuadrados.
El parque incluyó algunas zonas ya protegidas como los parques nacionales de Skaftafell y de Jökulsárgljúfur, el páramo de Lónsöræfi y el glaciar Vatnajökull, pero se prevé que siga extendiendo sus límites en los próximos años hasta ofrecer una oportunidad única para observar los efectos del glaciar Vatnajökull sobre sus alrededores, donde el hielo y el fuego desempeñan papeles protagonistas y a menudo complementarios.
Y es que, pocas regiones del mundo presentan tal interacción entre glaciares emisarios, cascotes de hielo dinámicos, energía geotérmica y frecuente actividad volcánica subglacial, con sus consecuentes riadas.
El mayor glaciar de Europa
El glaciar Vatnajökull, que por sí sólo es más grande que el conjunto de los restantes glaciares europeos (en volumen, unos 3.000 km³), cubre el sudeste del país y corresponde a más del 8% de su superficie.
También es el segundo en área, sólo superado por el de Austfornna (Noruega) con unas dimensiones de unos 150 km de este a oeste y de unos 100 km de norte a sur del país.
El espesor promedio del hielo es de unos 400 m, llegando a un máximo de 1.000 m.
El volcán más elevado de Islandia, el Hvannadalshnjúkur (con 2.100 m) está localizado en la periferia Sur del campo de hielo, cercano al Parque Nacional Skaftafell y exactamente por debajo del pequeño manto de hielo Óraefajökul.
Las lenguas glaciarias derivadas hacia los márgenes oeste, norte y noreste alcanzan altitudes de 600 a 800 m, siendo el grosor del hielo de unos 400 m en promedio y llegando incluso a los 900 m.
El punto más profundo bajo el glaciar alcanza los 300 m bajo la cuenca glaciar del Skeidarajökull.
Los sistemas volcánicos bajo este campo de hielo han estado activos en tiempos históricos, disponiéndose en consecuencia de numerosos datos acerca de la actividad eruptiva resultante.
De esta frecuente actividad volcánica nacen los llamados lagos volcánicos, que suelen ser fuentes de las relativamente comunes surgentes glaciares.
El glacial Vatnajökull ha experimentado un continuo retroceso, posiblemente debido al calentamiento global y a la reciente actividad volcánica en el área (la última en 2004).
Las mediciones constatan que en 1958 tenía 8.538 km² y en 1980 8.300 km² hasta llegar a los actuales 3.000 km².
Turismo
Los turistas que visiten la zona protegida podrán observar la cultura y la historia de las comunidades alrededor de todo el glaciar, las cuales, a lo largo de los siglos, han aprendido a vivir con, y aprovechar, su volátil entorno.
Los Centros de Visitantes están situados en las principales entradas (dos ya están en funcionamiento y cuatro más se añadirán). Albergan exposiciones y muestras, así como información y organización una serie de eventos culturales.
En varias partes del parque, los guardas ofrecen excursiones guiadas de interpretación de la Naturaleza y actividades para los niños.
La proximidad a los elementos de la Naturaleza moldeadores del paisaje abre amplias posibilidades de visitas de investigación y estudio, de aprendizaje y experiencias, pero también, para respirar en los silenciosos y solitarios parajes dando así una visión de las maravillas del parque, de la grandiosidad de las erupciones volcánicas y las catastróficas riadas, así como de las delicadas bases de la frágil flora y fauna de Islandia.