La autora, Ateri Miyawatl, es de Acatlán en el municipio de Chilapa, Guerrro. Además de sus méritos como escritora, también es actriz y promotora cultural nahua.
Su poema se convirtió finalmente en un libro-arte, como se conoce a los textos que se complementan con la intervención de un artista visual. Se elaboro junto con el editor catalán Elies Plana, con ilustraciones y linoleograbados de Francisco Villa Vargas de Veracruz.
Cuantos hayan fijado la mirada en este texto, se habrán dado cuenta que su texto en náhuatl seduce a cualquiera; así, para satisfacer a todos los lectores, se tradujo también a español, catalán e inglés.
Miyawatl, además de conseguir este reconocimiento, exalta uno de los 69 idiomas indígenas que existen en nuestro país, mismos que parecieran olvidarse. Otro de los factores, que no podemos perder de vista cuando aplaudimos sus logros, es que Chilapa ocupa el segundo lugar como el municipio más violento en el país; no obstante, esta región produce biodiversidad, mezcal y … poemas.
“La tristeza es un ave” es el título que se dio a esta oda; pero el poema, en sí, es un ave mensajera que viaja a Oxford, un ave de las que buscan la paz, quizá, o un ave que con su canto duerme la guerra y la violencia para nunca jamás despertar.