El metrónomo se inventó en el año 1812 por Dietrich Nikolaus Winkel pero fue registrado por Johann Maezel en 1816 cuando se apropió de su idea.
El metrónomo a cuerda consta de una caja y un péndulo con un contrapeso móvil. En la parte superior de la caja hay una escala para indicar el número de pulsaciones por minuto y al bajar el contrapeso el tempo se vuelve más rápido.
En la actualidad existen metrónomos digitales que imitan a los analógicos, reproduciendo un sonido o luz de manera regular en un intervalo de tiempo preestablecido.
También puede usarse software para ordenadores y aplicaciones para tablets o smartphones que realizan la misma función que la de los metrónomos físicos.