Maneki-neko dorado
Su origen no está claro y hay muchas teorías al respecto. Para algunos el dulce gatito que levanta su pata izquierda fue creado durante la restauración de Meji imitando el gesto que hacían las prostitutas para llamar la atención de sus clientes. Para otros, sin embargo, su origen se encuentra en una leyenda del siglo XVII. Según esta fábula, en el periodo Edo, el templo budista Gotokuji (Tokio) era muy pobre y tenía serios problemas económicos. El monje que lo habitaba, que ya era un anciano, compartía la escasa comida que tenía con sus gata, Tama.
Un día, un señor feudal y hombre de gran fortuna que se llamaba Li Naokata, se sorprendió de una tormenta mientras cazaba. Este poderoso hombre se refugió en un árbol cerca del templo y, mientras esperaba a que la tormenta cesara, vio una gata de color blanco, negro y marrón que le hacía señas para que se acercara a la puerta del templo Gotokuji. El hombre quedó tan sorprendido, que dejó el refugio para acercarse a la gata y verla mejor, justo cuando cayó un rayo sobre el árbol que le había dado cobijo. Agradecido por haber salvado su vida, el hombre donó al templo campos de arroz y tierras de cultivo. Así que gracias a la buena acción de la gata, el templo se hizo muy próspero.
Templo Gotokuji, en Tokio
Hoy en día, existen miles de versiones de este amuleto de la buena suerte: desde gatos altos, gorditos, de diversos colores, hasta figurines de Hello Kitty. El maneki-neko significa algo así como "el gato que invita a entrar" y viene a ser una suerte de San Pancracio al estilo asiático.
Si tu intención es hacerte con uno de estos gatos ten en cuenta que hay tres variaciones: el gato que levanta la pata derecha y llama a la suerte y al dinero; el que mueve la izquierda para atraer más clientes y el que levanta las dos como señal de protección para el negocio o el hogar.
Maneki-neko negro
Fuente: este post proviene de Relatos de tinta-e, donde puedes consultar el contenido original.
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