Porque lo único que puede arruinarlo todo es que alguien por ahí te contagie y te enfermes y te pierdas de la diversión.
¿Cómo evitar una gripe? Con refuerzos extra y eso solo puede ser vitamina C.
La vitamina C o ácido ascórbico reduce las probabilidades de resfriarse, puesto que ayuda a que tu sistema inmunológico funcione de manera más efectiva.
La vitamina C ayuda a estimular la producción de glóbulos blancos conocidos como linfocitos y fagocitos, que ayudan a proteger el cuerpo contra las infecciones.
Además, ayuda a que estos glóbulos blancos funcionen de manera más efectiva, al tiempo que los protege del daño causado por moléculas potencialmente dañinas, como los radicales libres.
Y no solo puede ayudarte a prevenir una gripe. Si ya te contagiaron, haber consumido vitamina C con anticipación hace que la enfermedad dura menos días y los síntomas son menos graves.
Además, el cuerpo la necesita para formar vasos sanguíneos, cartílago, músculo y colágeno en los huesos, por lo que es vital para el proceso de curación.
¿Dónde consumir vitamina C?
La vitamina C se encuentra naturalmente en las verduras y frutas, especialmente las naranjas, limones y otros cítricos.
También está presente en vegetales como los espárragos, el brócoli, el aguacate y las hojas verdes, como las espinacas o el kale.
Otra opción para incorporar la vitamina C en tu dieta es a través de suplemento alimenticio, generalmente en forma de cápsulas o tabletas masticables.
La recomendación es tomar vitamina C con anticipación y/o durante el resfriado, así no te pierdes de las fiestas decembrinas.