En el valle del río Menderes, en Turquía, concretamente en Pamukkale, se halla un enorme monumento de gran interés turístico. Se basa en un conjunto de aguas termales cuya forma se asemeja a una serie de terrazas, surgidas de movimientos tectónicos. A pesar del deterioro de las últimas décadas debido a la construcción y a las miles de personas que la visitaban, en los últimos años se ha puesto en marcha un plan para su conservación, el cual incluía el derribo inmediato de los hoteles más próximos.
Una formación similar la encontramos en Saturnia, en la Toscana, Italia. Al igual que sucedía también en Pamukklale, sus aguas termales se creen que son curativas. Sus majestuosas cascadas y su alta temperatura, de 37ºC, debido a la actividad volcánica surgida del interior de la tierra, suponen un enorme reclamo turístico, ideal para disfrutar en familia y relajarnos en unas hermosas vacaciones.
También rodeada de fuertes corrientes de agua caliente surgidas de movimientos de placas tenemos la bella laguna azul, situada en Islandia. Este enorme balneario geotérmico llega a alcanzar una temperatura de hasta 39ºC, ideal para combatir el frío de las estaciones más extremas. Como dato curioso podremos disfrutar de un espectáculo natural de fumarolas mientras nos bañamos.
En el Yangbajain, Tíbet, se halla otra de las mejores piscinas naturales y, desde luego, la más llamativa. Se halla a una altitud de entre 4200 y 4500 metros. Sin embargo, a pesar de contar con una temperatura ambiente más bien baja, sus aguas salen a una temperatura de hasta 125ºC, por lo tan sólo hay pequeñas zonas habilitadas para su disfrute, especialmente el magnífico spa construido en su base y rellenado con el agua de esta zona.
¿Y tú, conoces alguna piscina natural?
ana_ge/Flickr
http://mas.laopiniondemurcia.es
Shadowgate/Flickr
http://scenery.cultural-china.com