La pesadilla de ser nutricionista en España

Sí. Es una verdadera pesadilla. Aunque en este post hablaré de lo que ser un Diplomado Técnico Superior en Nutrición Humana y Dietética se refiere (y no de los universitarios), porque, ya está bien de tanto maltrato.

La realidad laboral y profesional de este sector, es inimaginable para la mayoría. Los diplomados técnicos superiores en esta profesión, somos un colectivo de lo más maltratado, mal pagado y mal promocionado que pueda existir. Muchos hemos malvivido con trabajos precarios, en condiciones infrahumanas y de hazme reír que ya es hora ir denunciando abiertamente. Lamentablemente, como en España no tenemos todavía una “legislación” que se haga cumplir, somos los que pagamos el pato de un sistema y unas condiciones terriblemente injustas. Y basaré esta serie de post (como normalmente hago con todos, en mi propia experiencia personal y profesional).

Para empezar, en España solamente existen “colegios de nutricionistas-dietistas” para los que han hecho la carrera universitaria. Para los que somos diplomados técnicos superior, no hay nada. Y lo que es peor, estos colegios en vez de desear “integrarnos” aunque no sea dentro del mismo rango que un nutricionista universitario, nos deprecian con rigor. Como si nuestra profesión no fuera tan necesaria o válida como la suya. Lo cual está claro es un enorme error. Error que en el presente (muy seguramente) también están pagando los otros (los universitarios). Porque cuando un sector profesional se deja maltratar tanto, las consecuencias son y serán las mismas para todos por igual (universitarios y diplomados).

A cambio los diplomados técnicos superiores, tenemos una especie de burla, llamada “asociaciones” que no hacen nada por nuestros derechos ni por mejorar nuestra situación profesional, excepto vender seguros de responsabilidad civil a un precio no tan bueno (como ellos creen) y a cobrar cuotas anuales que no sirven, prácticamente para nada más que para que unos cuantos listos vivan de nuestro esfuerzo (sólo se dedican a vender seguros y cursos mal montados y carísimos). A la hora de la verdad, cuando realmente los necesitas para algo importante, nunca están ahí. Nunca han estado. No están para el profesional, están como todos, para llenarse los bolsillos y nada mas.

Los diplomados téc. sup. no contamos con la oportunidad por tanto de poder colegiarnos en un colegio propio (que a día de hoy, no tenemos) ni de regular nuestros salarios y condiciones de trabajo dignamente, algo que se traduce en caldo de cultivo para que la mayoría de empresas del sector, se aprovechen de estos vacíos legales y nos den la peor mierda que os podáis imaginar.

La mayoría de estas empresas, se componen (cómo no!) de laboratorios farmacéuticos, donde nunca nunca te ofrecen un contrato laboral, pues si quieres trabajar en lo tuyo lo que hay es esto: darte de alta como autónomo, cobrar por paciente cifras ridículas que rozan lo gratis y la enorme exigencia de vender sus productos al paciente, como sea, tanto si lo necesitan como si no.

Así, la profesión del diplomado (no universitario) de una profesión tan necesaria y bonita como la nutrición humana y la dietética se convierte en una frustrante parodia de lo que uno siempre había soñado.

Si no tienes las agendas llenas a reventar, no tienes pacientes y por lo tanto no cobras, si no cobras, no ganas dinero y si no ganas dinero no puedes ni pagarte la cuota mensual de los autónomos. Ni los impuestos trimestrales, ni nada. Para más inri, además la mayoría de estas indeseables empresas te exigen carnet de conducir y también coche propio, eso sí la gasolina, el kilometraje y los gastos de los parkings, en la mayoría de los casos, también se los pagará el propio profesional.

Es indecente. Es atroz. Es asqueroso y encima cada día va a peor. Ahora que sigo buscando trabajo, me encuentro prácticamente a diario con ofertas del sector de este tipo, donde cada vez son peor que la anterior. Y lamentablemente, no hay nadie que los pare. Se aprovechan. Saben que el sector es pequeño, que hay pocas ofertas y cada cual peor. Y se aprovechan. Si quieres trabajar de lo tuyo, esto es lo que hay. Triste. Desolador. Lo que más me retuerce es que además, se trata de empresas grandes, generalmente laboratorios farmacéuticos que recaudan enormes márgenes de la venta de sus productos en farmacias gracias a profesionales, que como yo, alguna vez no han tenido más remedio que pasar por el aro.

Me siento indecente de haber aceptado en más de una ocasión esa clase de ofertas. De haber maltratado mi propia profesión de esta forma. Siempre he sido rebelde, y gracias a mi conciencia que nunca he sido capaz de engañar a mis pacientes, encasquetándoles sí o sí, sus malísimos botes de pastillas inútiles. Tenía que sobrevivir, pero acabo de salir de una época de mi vida en la que he tocado tanto fondo, que al volver a salir a la superficie, soy completamente capaz de ver las cosas con total claridad: prefiero poner copas a volver a eso.

O trabajar en cualquier otro sector que no sea este, donde la frustración y la impotencia acaban comiéndote por dentro. No hay a dónde acudir, ni a quién quejarse. No tenemos quién nos defienda, excepto nosotros mismos. Hace tiempo que vengo intentando fundar algún “movimiento” o “asociación” seria que nos agrupe a todos para defender de verdad nuestros derechos. Para regular nuestra profesión y establecer unas normas del juego que deje de perjudicarnos siempre y beneficie solamente a las empresas.

Debería estar prohibido que nos ofrecieran siempre ser “autónomos” y nos pagasen esas miserias por cada persona que se presenta en nuestras consultas.

Conozco prácticamente todas las empresas que lo hacen así en este país. Y las que no lo hacen así, también tienen condiciones abusivas y precarias. Ya sabemos que España no es el paraíso laboral que quisiéramos, pero hay situaciones que deben empezar a cambiar urgentemente. Con diferencia debemos ser, el único país de toda Europa en donde la profesión de nutricionista-dietista está tan maltratada y tan poco valorada. Y encima vienen estas empresas de mierda a jodernos más el panorama. Pudriendo la profesión y convirtiéndola en un puesto de comercial de sus pastillas innecesarias; y lo que es peor aún: a ellos nosotros les salimos totalmente gratis y encima les hacemos ganar dinero con la venta de sus porquerías.

De las franquicias ni hablar. He pasado por alguna que otra, y son más de lo mismo. Con las mismas condiciones que los laboratorios y con un afán de engaño peor aún, si cabe.

Y tal y como está la situación, ese señuelo que nos quieren vender de “emprender” tampoco es fiable hoy por hoy. Ser un profesional independiente en España, es imposible. Impuestos carísimos, condiciones abusivas, y lo que es peor, es que si lo intentas en un 80% de las veces, fracasas, gracias a que este tipo de empresas (franquicias y laboratorios) se han cargado todo aquello con lo que podríamos haber intentado sobrevivir… nuestros honorarios (donde no se puede competir con tarifas de 7 euros la consulta si tienes la tuya propia, porque eso es inviable) y dietas gratis a cambio de comprar productos que no se necesitan para hacer una verdadera dieta. Así ¿qué profesional puede “emprender” su propio negocio? Está destinado a fracasar o a estafar como todos los demás.

Triste e indignante realidad del profesional diplomado técnico superior en nutrición humana y dietética en España.

Continuará…

Fuente: este post proviene de Reinvention Work Tour, donde puedes consultar el contenido original.
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