Bana Alabed, la Anna Frank siria
Su historia, como la de Anna, es desoladora. Se despierta con el sonido de las bombas y se acuesta intentando conciliar el sueño mientras Occidente mira hacia otro lado, como si nada sucediera. Alabed cuenta la agonía de los que allí resisten en 140 caracteres. Palabras que escribe llenas de rabia y dolor.
Mis hermanos tienen miedo y no quiero eso - Bana
Por favor dejadme ser feliz y parar la guerra - Bana
"Necesito paz" fue lo primero que escribió en su perfil de Twitter el pasado 24 de septiembre, pero nadie escucha su grito de socorro. En apenas dos semanas su timeline acumula 443 tuits y más de 50.400 seguidores. Los mensajes de Bana están escritos en un inglés básico, acorde con su edad, si bien su madre lo hace de manera más elaborada. Ésta firma sus tuits como Fatemah. "La gente está cayendo como moscas y no sé qué será lo próximo. Las bombas caen como lo hace la lluvia".
Bana pide a Putin y Assad que paren de bombardear
Lo cierto es que durante los últimos diez días los ataques se han incrementado. El pasado miércoles, Unicef aseguró que cerca de 100 niños habían perdido la vida durante el conflicto. Una de las amigas de Bana murió en un bombardeo y ella lo lamentó con una foto de la casa destruida.
Desde que estallara la guerra siria hace cinco años y medio han muerto más de 400.000 personas, alrededor de 80.000 civiles, incluyendo 13.500 niños.
Alabed recopila y muestra imágenes del conflicto, de una Siria destrozada, y relata su día a día desde casa, de donde no puede salir. Vive con su madre y sus hermanos y desea convertirse en una maestra de inglés, como su madre. De momento, pasa la tarde leyendo, quiere olvidar la guerra y vivir como los niños de Londres, sin bombas. "Somos niños, amamos la vida, queremos que el mundo nos escuche", publica la pequeña en Twitter. "Todavía estamos vivos", indica con regularidad.
Alepo es muy buena ciudad pero necesitamos la paz. Quiero vivir como una niña, pero ahora estoy estresada
¿Servirán de algo sus tuits? Sus desgarradores mensajes no cesan y la guerra siria tiene pocas esperanzas de acabar a corto plazo. Alabed bien merece el Nobel de la Paz, premio al que optan Trump y Merkel, entre otros.
Fuente: este post proviene de Relatos de tinta-e, donde puedes consultar el contenido original.
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