El pasado día 10 de marzo falleció Hubert de Givenchy a los 91 años. Este diseñador fue sinónimo de elegancia desde que abrió su casa de modas en 1952 hasta su retirada en 1995. Aunque no fue considerado como un diseñador revolucionario, sus creaciones revitalizaron la alta costura adaptándose a los cambios que experimentaba la moda del momento. Hoy, queremos repasar algunos de sus vestidos más icónicos, y a algunas de sus musas, que convirtieron a la marca “Givenchy” en una de las maisons parisinas mejor consideradas.
Bettina Graziani, la modelo que le inspiró. Quizá es la más desconocida de todas las mujeres que forman esta lista, pero sin duda fue la que le abrió el camino a la fama. Bettina Graziani era una de las modelos más cotizadas de la época de los 50 y Givenchy se inspiró en ella para crear su primera colección. El diseñador sorprendió con su famosa blusa de volantes en las mangas, muy de moda en la actualidad ¿verdad?, a la que llamó blusa Bettina.
Wallis Simpson, la duquesa de Windsor. Givenchy también vistió a miembros de la realeza, y la duquesa de Windsor fue una de sus musas. Pero para ese entonces la fama del modisto era tan grande, que a la duquesa le ocurrió algo que a ninguno nos gustaría que nos pasase cuando vamos a un evento, otra de las invitadas apareció con el mismo Givenchy que ella.
Grace Kelly, la princesa de Mónaco. El diseñador fue el encargado de confeccionarle para un retrato oficial ya como princesa, un precioso traje rosa de palabra de honor.
Jackie Kennedy, y el vestido de luto más famoso. Pero no solo diseñó para la realeza europea, Givenchy era el estilista de la primera dama de los Estados Unidos e icono de estilo durante los años 60. Tanto confiaba Jackie Kennedy en él, que el mismo día del fallecimiento del presidente le encargó hacerle el traje que lució durante el funeral, convirtiendo a ese Givenchy en uno de los vestidos más famosos del mundo.
Carla Bruni, la modelo que luego se convirtió en primera dama. Casualidad o no, también fue musa de Givenchy otra primera dama, aunque en ese momento Carla Bruni era modelo. Ella fue la encargada de cerrar el desfile de su marca en 1993 de la mano del propio Givenchy con un vestido blanco de satén.
Liz Taylor, una actriz exigente. Además de modelos y miembros de la realeza, Givenchy también diseñó vestidos para algunas de las actrices más importantes de la época. Una de ellas fue Liz Taylor, que vistió los diseños del modisto en numerosas galas y películas.
Audrey Hepburn, su gran amiga. Pero sin lugar a dudas, si alguna mujer fue la musa, con mayúsculas, de Givenchy, y que le catapultó definitivamente a la fama, esa fue Audrey Hepburn. En algunas entrevistas el diseñador llegó a afirmar que su ropa favorita era la que ella vestía, y no es de extrañar porque todos sus diseños le sentaban como un guante. Givenchy le confeccionó el vestido con el que recogió su Oscar, los vestidos que lució en películas como “Sabrina” o “Una cara con ángel”, pero sin lugar a dudas, su vestido más mítico es el vestido negro con espalda recortada de “Desayuno con diamantes”, consolidándolos a los dos como el tándem más elegante de Hollywood.
Sin duda, Hubert de Givenchy, y todas sus musas, han dejado un legado en el mundo de la moda, digno de admirar y disfrutar.
Idoia Pérez Cerca